–Si te atreves dímelo. Dime qué me odias. Que no quieres saber nada más de mí.
–Me es imposible. No puedo engañarme a mi mismo.
La miro desconcertado. Estaba fuera de sí. Ella estaba tranquila como si todo fuera normal como si todo lo que anteriormente les había unido ya no era nada más que un mero recuerdo del pasado.
–No te hagas daño con palabras sin sentimiento Oss, ya tengo de eso suficiente.
Le miraba con odio. Mas odio del cual sus ojos podía proyectar. Mas odio que el de un lápiz a un sacapuntas.
–No seas asi, después de todo...
–Después de todo, solo sigues siendo tu, un maldito mujeriego que se cree el mejor del mundo. Pero lo que no sabes es que. Sorpresa, no lo eres. Tan solo eres otro cliché por el que pasaré.
–Tu seguirás siendo tonta, inocente. Ya no tan virgen por caer en mis brazos. Que siempre optara por el primer amor de su vida...
–Admitelo ya, deja de querer mentirte. Dime que me odias.
–Te deseo, pero no lo suficiente como para dejar de ser como soy.
–Me basta.
Tomo su bolso largándose. Dejando que la siguiente ocupara su puesto como otra chica más.
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Mis Delirios Nocturnos
Short Story« La mente de una escritora es curiosa de por si. Pero más curiosa es cuando además de gustarle escribir historias, ama inventar muchas diferentes tanto de drama como de amor, de desamor o simples cuentos sin moraleja. » Historia con todos los der...
