Demonios, dentro de ti. [GirlxGirl]

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Se separaron del beso que les unía, mirándose a los ojos. Terminando de tomar la última bocanada que sería testigo de su amor.

—Necesito, que seas completamente sincera conmigo. Ya no debe haber nada que nos impida estar juntas.

La chica rubia hablaba tendiéndole la mano temblorosa a la otra chica, ella tan solo la miraba con angustia en sus ojos, podía ver lo que estaba sucediendo. Ella estaba cambiando.

—Ammey, tengo miedo. –La morena no apartaba su mirada de la otra chica. Las manos cubrían sus brazos calentándose a sí misma. Estaban en un parque desierto, era invierno y ambas quedaron con una camiseta. —No eres... Humana.

—Fway, pero eso no tiene porqué separarnos. Sabes que... –La chica nombrada, levantó una de sus manos haciendo que esta se callara al ver su gesto. En este momento estaban ambas asustadas de la reacción de la contraria.

—No puedo continuar.

—¿Después de todo lo que hice por tí Fway me lo debes. Te salvé. –Tomo su muñeca, no esperaba que ella se lo quitara de forma brusca. Ya entre ellas había más espacio del que podían ver.

—Me salvaste de tus demonios. Así que eres la culpable. –Era mas fría que la brisa que helaba sus mejillas. La rubia la miraba lamentándose de rodó aquello que hizo, le dolía, sabía que era cierto pero se negaba a admitirlo.

—Yo no tengo la culpa de que me atormenten.

—Tienes la culpa de que te posean.

—Fway, junto a ti todos ellos se van.

—Se van, para atormentarme a mí, lo siento. Pero no quiero tus demonios. –La rubia no pudo evitar llorar ante la sinceridad de la chica.

—Te necesito.

—Yo no.

Fue tan seca, que incluso la saliva de la rubia paró en seco como su corazón.

—Si no me perteneces a las buenas, será a las malas Fway.

La morena tan solo calló mirando como su amante comenzó a oscurecerse.

Sus ojos marrones, pasaron a ser completamente negros. Si quiera podía verse reflejada en ellos. Eran tan opacos que no podía ver nada mas que vacío en esos ojos que vio antes amor y pasión.

Se acercaba a ella, tomándola de los brazos alzando su mentón en un gesto dulce.

—Tenia que hacerlo por las malas. Jamás los aceptarías si seguimos como hasta ahora Ammey. –Vio una lágrima azabache descendiendo de uno de sus ojos que por un instante volvió a ser humano, quitándolo con su propia mano.

—Te amo.

La rubia sonrió, abrazándola. Una neblina comenzó a rodearlas como si fuera a devorar las. Pero ellas tan solo permanecieron ahí. Abrazándose, como si sus vidas solo dependieran de la otra.

Mis Delirios NocturnosWhere stories live. Discover now