50. Seven in Heaven

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- ¡Miller! ¡Baja esa caja ahora mismo!

Liam maniobra con una pesada caja llena de decoraciones para fiesta en la mano derecha mientras que la otra, enyesada y firmada por sus hermanos y amigos, la mantiene firmemente pegada a su fuerte estómago. No tengo idea de como se las ingenia para levantar la caja por encima de su cabeza para evitar que pueda hacerme con ella una vez decido perseguirlo por el salón, pero lo hace. Se ríe en silencio mirando de reojo mis pobres intentos de evitar que siga tentando a su suerte después de su caída la semana pasada. La comisura de su labio se tuerce de forma burlona cuando llega a su destino sin problemas y arquea una ceja en mi dirección.

- Aparte de lesionarme la muñeca, Ricitos - me hace saber con un claro tono altanero en su voz -, no recuerdo haber quedado inválido en mi última visita al hospital.

Apenas pongo los ojos en blanco cuando alguien, Kai probablemente, exclama desde el fondo del salón:

- ¡El invalido fue Keith!

Escuchamos como algo se hace añicos en la cocina.

- ¡Kai! - brama un furioso Keith.

Liam comparte una mirada divertida conmigo unos momentos antes de colocar la caja con agilidad en lo alto de una escalera.

- Entiendo que no debo cargar cosas pesadas, Riles, pero es la fiesta sorpresa de mi mejor amigo - murmura Liam desde arriba, más blando por mi ceño fruncido -. Y sino pongo la mitad de esfuerzo que en la fiesta de Cash, Félix me cuelga de las pelotas.

- ¡Estoy segura de que Félix entendería!

- No, Felix no entendería - dice Felix a mis espaldas, haciéndome sobresaltar.

Doy media vuelta para vislumbrar a Félix con los brazos cruzados sobre el pecho parado en el umbral de las dobles puertas de la casa de Liam. También cruzo los brazos para imitar su gesto.

- Incluso aunque estuviera muerto esperaría su presencia en mi fiesta de cumpleaños - alega él.

Liam hace un gesto irritado, buscando a un responsable con la mirada por el salón, sin éxito decide bajarse con poco cuidado de la escalera.

- Claro, por que siempre puedo arrastrarme de mi tumba - ironiza con un gruñido -. ¿Que carajo haces aquí? Se supone que es una sorpresa.

Felix se pasea por la habitación evaluando con ojo crítico nuestro trabajo.

- A veces creo que le das más crédito a Cash del que merece - contesta Félix, chasqueando la lengua.

Por mi parte, levanto la mirada hacia Liam para volver a fulminarlo.

- Te dije que no encargaras a Cash la asistencia de Félix. ¡Ha estado como loco desde que Max y Charlie comenzaron a salir!

La verdad es que todos hemos estado como locos desde que ese par ha comenzado a salir. La copia malvada y el anticristo, ¿quién diría que armarían la fórmula perfecta para hacer nuestras vidas un infierno?

- Al diablo entonces - masculla Liam secamente, y arroja la bola de serpentinas metálicas que tenía en el puño detrás de la espalda - ¡Todos a beber!

La casa de Liam ya estaba bastante atiborrada de personas en el momento de la llegada inesperada de Félix. Todos dejaron descuidados sus puestos de trabajo para comenzar a beber y rodear a Félix, a quien ya habían puesto un vaso de cerveza en una mano y un gorro de cumpleaños en la cabeza. A partir de ese momento la noche pasa a ser un borroso recuerdo en mi memoria por qué un segundo estoy con los brazos cruzados ante Liam y en el otro me encuentro sentada en su regazo ante un grupo de nuestros amigos que se entretienen parloteando de algo que apenas escucho por encima de la música. Solo obtengo extractos de la conversación cuando me inclino hacia el frente para asentir efusivamente con una sonrisa falsa.

That Girl Is A Problem © | #1 |  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora