26. Don't forget where you belong

290 12 0
                                    

CAPÍTULO 26

En cuanto hube puesto un pie en mi casa, un ambiente a soledad y a cerrado me inundó. Todo estaba a oscuras, tampoco un solo ruido sonaba. Suponía que mi padre estaría durmiendo, pues seguía siendo de madrugada y no solía aguantar mucho tiempo despierto. Subí lo más rápidamente posible a mi habitación y me quité la ropa húmeda y manchada por la arena y el agua, metiéndola en la cesta de la colada de mi cuarto de baño. Me miré al espejo y, literalmente, me di asco. Llevaba dos días con la misma ropa y maquillaje, el cual se apelotonaba bajo mis ojos. Seguro que también tenía que oler fatal. Me quité la ropa interior sin ni si quiera recogerla del suelo y me metí en la ducha. Por fin agua caliente.

No podía creer que le hubiera contado a Harry lo de mi “enfermedad”, si es que se le podía llamar así, porque para mí lo era. No lo sabía nadie, solo Cassie. Mi padre y yo siempre decidimos mantenerlo en secreto, oculto de la gente y sobre todo de las cámaras. Pero me sentía bien. De hecho, me sentía más que bien.  Como si el habérselo contado a alguien me hubiera quitado parte de esa ansiedad, parte de ese peso que siempre recaía sobre mis hombros. Ahora tenía a alguien más a quien pedir ayuda en caso de necesitarla, y me alegraba que fuese Harry.

Cuando me sentí parcialmente limpia, pues la sensación de suciedad no acababa de irse de mi cabeza, envolví mi cuerpo en un albornoz y salí al pasillo. Pequeñas gotas que caían de mi pelo recién lavado mojaban la moqueta, la cual me hacía cosquillas en mis pies descalzos. Sabía que no podría dormir si no le daba antes un beso a mi padre. Me haría sentir mejor conmigo misma. Pero el alma se me cayó a los pies cuando encontré su habitación vacía. Mi padre no estaba en casa y eran las cuatro de la mañana. Volví a mi cuarto en busca de mi móvil y entonces vi algo que se me había pasado por alto al llegar. Una nota yacía apoyada en mi mesilla de noche.

No sé cuándo volverás a casa, o si volverás, por lo tanto no sé si leerás esto. Solo quería decirte que tenías razón, y que necesitas tu espacio. Me he ido un tiempo a visitar a tus abuelos, les daré recuerdos de tu parte. Si necesitas algo, solo estás a una llamada de teléfono de distancia, cariño. Tu padre que te quiere xxx” –leí.

Mi padre se había marchado por mi culpa.

Mi madre me abandonó, recordé haberle dicho a Harry horas antes. Mi padre es lo único que me queda, seguí.

Ya sí que no te queda nadie, me repetía mi cabeza una y otra vez. Un pitido agudo se empezó a instalar dentro de mi cabeza, haciendo que me cubriera ambos oídos por inercia. Me tumbé en la cama y subí las rodillas hasta mi pecho. Intenté respirar hondo. Inspirar, espirar, inspirar, espirar. No podía dejar que me pasara otra vez, no lo soportaría. ¿Pero qué había hecho? El sonido de mi teléfono me sobresaltó e hizo que casi soltara un grito.

-¿Sí? –dije entrecortadamente.

-¿Alex? Joder, ¿qué ha pasado ahora? ¿Estás bien? –me sorprendió y a la vez tranquilizó oír la voz de Harry al otro lado del teléfono. ¿Por qué llamaba?

Carraspeé un poco antes de responder. –Sí, sí, claro. Es que acabo de subir las escaleras corriendo y aún no he recobrado el aliento, eso es todo. ¿Qué querías? –oí un suspiro al otro lado de la línea.

-Te he estado llamando desde que llegué a casa, solo quería saber cómo había ido la cosa. Aún no me he quitado la ropa por si querías que fuera a por ti, si no te sientes cómoda…

Joder, ¿por qué tenía que ser tan bueno y yo tan gilipollas?

-No te preocupes, todo está bien –mentí. –No tendrías por qué haberte quedando esperándome, pero gracias por preguntar –dije tímidamente, aún en posición fetal.

Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora