1. The Start of an Age

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CAPÍTULO 1

Genial. 4:59 am. Allá va el maldito despertador. Efectivamente, al cabo de un minuto un insoportable sonido inundaba la habitación. ¿Por qué me levantaba tan inhumanamente temprano?, os preguntaréis, cosa que yo aún sigo haciendo. Simplemente podría decirse que mi vida no es lo que se dice…tranquila. Sin embargo, en vez de salir de la cama y empezar a hacer las cosas que necesitaba hacer me tapé la cabeza con la sábana e ignoré por completo el despertador. No existía ni un ápice de fuerza de voluntad en mí, lo reconozco. Al cabo de unos segundos, oí pasos acercándose a la puerta. Lo sabía. Todos los días era igual.

-¡Alex! No me hagas entrar y tener que sacarte a rastras de la cama como todas las mañanas, cariño. Te quiero abajo en cinco minutos. ¡Diez como máximo!

-Ya va…no seas tan cruel. – Me quejé, con voz lastimera.

La persona detrás de la puerta rió levemente ante mi comentario. Mi padre. Tan adorable como siempre. No era una persona muy mañanera, adivinad de quién lo heredé. Mi padre lo era todo para mí. Nunca conocí a mi madre. Tampoco es que esto me importara mucho, pues mi abuela me contó que ella nunca quiso tenerme, ya que se quedó embarazada cuando tenía dieciséis años y no se sentía capaz de tener una responsabilidad tan grande en su vida. Mi padre tenía veinte años y prácticamente la obligó a tenerme. Después de una larga discusión, mi madre decidió seguir adelante con el embarazo y no abortar, pero también que tendría que ser mi padre quien se hiciera cargo de mí. Y así fue. Cuando le dieron el alta en el hospital, mi madre desapareció de la vida de mi padre y nunca llegó a entrar en la mía. Pero él me quería y con eso bastaba.

Volví a oír mi nombre gritado desde el piso de abajo. Abrí los ojos de golpe y pegué un salto de la cama. No podía volver a dormirme. Entré al baño y ni si quiera me preocupé en mirarme al espejo, no quería llevarme un susto a tan tempranas horas. Me desvestí perezosamente y entré en la ducha, abriendo el grifo del agua caliente y dejándola caer por mi cuerpo. Mi pelo rubio quedó empapado al instante. Mientras tanto, empecé a repasar mentalmente mis tareas del día. Ah, sí. Hoy tocaba una larga mañana de prensa. Sí, habéis oído bien. Creo que antes debería presentarme brevemente para que podáis entenderlo todo mucho mejor.

Me llamo Alexandra Bennett, pero me gusta que me llamen Alex. Mis abuelos paternos son británicos, de ahí mi apellido. Tengo 18 años, casi 19. Vivo en Los Ángeles, en una amplia casa a pie de playa que compré para mi padre y para mí cuando gané mi primera gran cantidad de dinero. Antes vivíamos en una casa más modesta en una urbanización muy agradable, pero no siempre hemos vivido allí. Nací en Texas, donde mi padre conoció a mi madre, y nos mudamos a California cuando ya tenía 12 años. La razón fue bastante simple: un cazatalentos me vio actuar en una obra musical en el teatro local y, poco a poco, me ayudó a hacer despegar mi carrera. Ahora, en resumidas cuentas, podría decirse que estoy componiendo mi tercer álbum y que mis canciones se encuentran en las listas de las más escuchadas mundialmente.   

-¡Alex! ¡Vas a gastar el agua caliente! Sal ya de ahí o tendrás que coger un taxi, si tardas más de cinco minutos no pienso llevarte, tú verás. – Volvieron a gritar desde el piso de abajo.

Salí como un rayo de la ducha pues no contemplaba la idea de irme en taxi. No lo soportaba. ¿Por qué todos los taxistas tienen la necesidad de contarte toda su vida o de conocer la tuya? Simplemente no me sentía cómoda en esas situaciones. Me puse lo primero que encontré. Total, mi estilista me tendría preparado un conjunto fabuloso para después. Bajé las escaleras mientras cantaba ‘good morning, good morning’, entré en la cocina y le di un beso a mi padre, quién sonreía levemente mientras me oía cantar.

-Estás guapísima, mi niña. Sabes que antes no pretendía ser brusco contigo, lo hago todo por tu bien, lo sabes, ¿no? – Me dijo con una perfecta sonrisa. Apuesto a que era todo un rompe corazones cuando era joven, aunque aún seguía siéndolo.

-Sí, papá, lo sé… - Dije arrastrando las palabras mientras lo miraba con cariño. –No lo soportarías. Pero, ¿ahora vamos a ponernos sensibles o vas a llevarme? Vamos, siempre has sido el mejor padre del mundo, no lo estropees ahora…

Lo miré con cara de corderito degollado. Accedió sacudiendo la cabeza, por supuesto, y entonces pensé en cuán largo y estresante iba a ser mi día.

Pero no todo sería tan malo.

Ni si quiera sabía que conocería a alguien que cambiaría mi vida para siempre.

Two Is Better Than One (Harry Styles FanFic) *En Pausa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora