Capítulo 4

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Miley Cyrus - Adore you

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28 de septiembre 2014

Skyler

Varios murmullos a mi alrededor me sacan de mi profundo sueño, estiro mi brazo buscando el calor de su cuerpo, pero éste no está, abro mis ojos poco a poco hasta que las tres figuras borrosas se convierten en tres personas: una de ellas es mi mamá, que tiene en sus manos unas carpetas, a su lado está Sebastián, de brazos cruzados y su mirada fija en un punto invisible en la pared, y por último un hombre que supongo es mi doctor por su bata blanca y el estetoscopio alrededor del cuello.

Frunzo el ceño al ver como Sebastián tiene el rostro afligido y constipado, carraspeo un poco captando la atención de las tres personas en la habitación.

―Mi ángel, ¿cómo te sientes? ―Sus ojos verdosos están cristalizados por las lágrimas, su labio inferior tiembla y siento como se estremece cuando toma mi mano fría entre las suyas, me siento en la camilla y la tomo en mis brazos.

―Llora, saca la tormenta que llevas dentro o te ahogarás. ―Sus manos se aferran con fuerza a mi camisa, que no recuerdo haberme colocado ayer, escucho como sus fuertes sollozos hacen eco en la habitación, cada lágrima que me humedece la piel de mi cuello es una punzada de dolor en mi pecho, acaricio su cabello y su espalda mientras una bola de sentimientos se queda trancada en mi garganta, se desliza entre mis brazos hasta quedar acostada en mi regazo.

Veo como su indestructible armadura deja de serlo y se quiebra frente a mis ojos, dejándome ver su frágil alma... luego de tantos golpes de la vida es necesario caer y rompernos, sacar ese dolor que escondíamos para poder levantarnos con más fuerzas para seguir adelante.

Siento como los escombros de mis muros vibran en el suelo, como uno a uno van uniéndose y levantando un muro más fuerte y mucho más alto, llenándome de valor para afrontar esta situación, para ser fuerte y valiente para la mujer rota en mi regazo, porque si yo no soy fuerte para ella, ¿entonces quién?

―Todo estará bien, te lo prometo, mamá.

Trago con fuerza el nudo alojado en mi garganta y beso su cabellera castaña. Volteo al sentir una insistente mirada en mi espalda, sonrío tristemente al verlo a unos metros con sus mejillas humedecidas por la tormenta en sus ojos, le tiendo mi mano y él la entrelaza mientras se acerca para dejar en mis labios un casto e inocente beso.

―Buenos días, señorita Skyler. ―La voz del doctor me hace voltear, asiento a su saludo y él camina hacia los pies de la camilla, se le nota incómodo y un poco inquieto, al ver sus ojos fijamente noto como frías sombras oscurecen su lindo color ámbar, carraspea y toma una bocanada de aire―, no es fácil dar éste tipo de noticias, pero... señorita Skyler, lamento comunicarle que ya no podemos combatir el virus en sus pulmones. ―Cierro mis ojos con fuerza, deseando que se equivoque, que alguien me despierte de ésta horrible pesadilla, pero eso no sucede. A pesar de que la enfermera me lo había dicho, escucharlo de su boca es un golpe fuerte―, los medicamentos ya no están haciendo el efecto deseado, quisiéramos que siguiera un tratamiento en casa para aminorar el dolor y...

Rojo Carmesí © COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora