Capítulo 14: Consecuencias.

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Notas: Algunos les gusto la idea del poliamor, otros que Ethan se quedara con Lowell y los demás esperan que los sorprenda pues bien alguien tuvo toda la razón en algo... no todos pueden ser felices.

Capítulo 14: Consecuencias.

"En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias."- Robert Green Ingersoll

Carlos estaba llegando tarde, había prometido estar a tiempo para la fiesta que los gemelos y Joanna tendrían en su habitación a puerta cerrada al llegar ahí noto como solamente eran ellos tres, algo definitivamente no estaba bien, Dude le había intentado detener mordiendo su zapato incluso escondiendo su chaqueta bajo la cama y negándose a entregarla pero aquel niño fue tan terco que salió sin ella, así que cuando llego a dicho cuarto y noto que no había nadie más sabia que algo estaba mal, la sonrisa depredadora que le dio uno de los gemelos debió ser el último incidió pero entonces Joanna se había acercado tomado su brazo y en un instante le guio a la mitad de la sala frente a la televisión que seguramente era robada por qué sabia por experiencia que ninguna habitación de chica tenia televisión para acomodarle en unas almohadas y prender dicho aparato.

Al principio se sintió incomodo el ruido del aparato resonando como sonido de fondo, todos los presentes tenso por alguna cosa, pero entonces algo debió pasar por que en un segundo tercero estaba riendo señalando dicho aparato mientras recordaba una anécdota de la isla y así se terminó aquel silencio pues las risas de los demás chicos resonaron, Carlos no pudo pensar entonces que aquellos chicos solo eran como sus amigos, niños que habían actuado por instinto, que había sido empujados a ser viles y ahora no podían dejarlo atrás.

Eso le conmovió por lo que se prometió que no les abandonaría, les daría una oportunidad como lo hizo Ben con ellos, Carlos lograría que esos tres jóvenes fueran buenos, su madre tenía razón él era realmente ingenuo.

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La práctica no iba bien era la tercera vez que la torre se derribaba, que la pirueta no salía y la quinta en la que Lowell casi mordía a alguien, la razón la propia loba, había una razón por la que Audrey la quería para el equipo, una que se resumía en sus habilidades atléticas, Lowell era una gimnasta natural, sus agiles reflejos y suaves movimientos la hacían perfecta para realizar muchas de las acrobacias difíciles lo malo ella odiaba, no aborrecía con gran ahincó ser tocada, lo que se resumía a que no le gustaba que la sostuvieran en lo alto, que la atraparan y las únicas personas por las que toleraba ese tacto eran ellas cuatro, para una pirámide estaba bien, una simple acción de desmonte eran pan comido para Audrey y Lonnie, incluso Mal y Evie lo hacían bien pero algo más peligroso donde requerirían la fuerza de los chicos y ella se negó, gruño cuando uno de ellos la toco de sorpresa y casi muerde la garganta, enserio se lanzó contra la garganta de uno de los graciositos que le dio una palmadita amistosa en su trasero, bien ese lo merecía, pero no los demás, por lo que la rutina que tan trabajo estaba realizando Mal con Audrey por que esta se sabía todas las reglas y querían ganar no solo ser impresionantes, no estaba funcionando.

- Lowell quieres dejar de gruñir y hacer lo que te dije – Audrey se dirigió a ella molesta otra vez intentando detener a la chica que estaba a punto de saltar sobre uno de los chicos.

- No si él va a tocarme – volvió a gruñir enseñando sus afilados dientas al chico que de inmediato retrocedió tres pasos.

- Tiene que levantarte y sostenerte- suspiro frustrada la princesita - ¿de qué otra forma vas a hacerlo?

LOBO CARMESÍ (JAYLOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora