Capítulo 11: El ayer y el hoy.

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Notas: realmente lo siento chicos a todos los que siguen esta historia lo siento mucho, sé que no es excusa pero me confié tenía demasiados capítulos escritos ya de esta historia y nada de la otra que deje de prestarle atención para continuar la de Cameron cuando me di cuenta ya no había capítulos que publicar y la inspiración no llega como uno quiere ni para el fic que un quiere... realmente lo siento, intentare escribir más de esto para ya terminarlo se está alargando mucho y estoy perdiendo el punto en este fic. De nuevo gracias por seguirlo y realmente lo siento.

Capítulo 11: El ayer y el hoy.

"El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma."

- Aldous Huxley.

En sus manos un manojo de flores silvestres que apenas podía cargar con sus pequeños dedos eran llevados por aquella pequeña niña, quien riendo corría en dirección a la cabaña, aquella oculta en el bosque, su hermoso vestido blanco contrastaba con el verde del camino, aquel hermoso prado lleno de vida, detrás de ella un hombre alto le seguía muy de cerca cuidándole, protegiéndola, llegaron entonces con aquella mujer, una que salía de la casita sus ropas eran cubiertas por una enorme capa carmesí, aquel hombre llego a su lado de pronto abrazándole por la cintura levantándole para besar sus labios entre sonrisas, la niña llegó de inmediato sosteniendo las flores para su madre quien gustosa las recibió acariciando los hermosos rizos carmín de su pequeña, tan diferentes a los cortos cabellos castaños de ella.

La niña entonces giro, el sonido de un quejido a lo lejos llamo su atención sin siquiera mirar a sus padres se alejó, curiosa por aquel sonido un pequeño quejido que parecía desaparecer a cada minuto, un niño era la razón de aquel, un pequeño de su misma edad enroscado en una pequeña bola detrás de un frondoso árbol, sus rodillas estaban sangrando, sus cabellos, aquellos rizos de raíces negras que poco a poco decoloraban a blanco estaban llenos de ramitas y su piel, aquella pálida estaba enrojecida por algún golpe.

El pequeño levanto su mirada, dos hermosos ojos chocolates se encontraron con el ámbar de su mirada, pequeñas pecas teñidas por las lágrimas de sus ojos solo enternecieron más su corazón, sin dudarlo la pequeña niña extendió su mano para aquel niño que dudoso la tomo.

- Vamos a casa Carlos – murmuro ella sonriente recibiendo un asentimiento de cabeza.

Regresaron ambos niños aferrados unos a otros, la mujer sonrió al verlo recogiéndole en brazos al pequeño niño para limpiar sus lágrimas, el hombre hizo lo mismo con la niña y los cuatro como una hermosa familia entraron a la cabaña, a aquel hogar en su tierra.

- Mamá – murmuro el niño enterrando la nariz dentro del cuello de la mujer cuando esta le abrazo con fuerza, al mimarle y darle todo aquel amor –papá – murmuro levantando los brazos para ser recogido por el hombre que se limitó a frotar su nariz con la de él, de hacerle cosquillas con su barbilla ante los ojos brillantes de la niña que sonreía de felicidad.

Cenaron tranquilamente, su madre les sirvió con amabilidad, mientras su padre contaba alguna anécdota de su día patrullando los bosques, asegurándole a todos que estaban a salvo, el baño fue una total aventura, pues donde la chica quería saltar al agua con gran emoción, el pequeño niño miraba con miedo la bañera, pero nuevamente su padre salió al rescate, tomando al pequeño se metió a la bañera riendo al ver como la pequeña saltaba de emoción lavándoles con ahínco, devolviendo el aspecto brillante de su piel, dándoles aquel aspecto tan saludable.

LOBO CARMESÍ (JAYLOS)Where stories live. Discover now