2. Dos palabras: mala suerte.

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Había olvidado por completo que mi primera clase era con "cara de perro", así le habíamos apodado Stephanie y yo el año pasado. Esa profesora era el infierno y no tenía compasión con nadie. Ni siquiera de mí, que era su alumna favorita.

Me mordí el labio inferior pensativa, ¿debía ir con el idiota y llegar a tiempo o irme a pie y perder la primera clase con cara de perro?

-No es que no me guste verte con esa pose, que te hace ver realmente sexy, porque me encanta, pero el tiempo corre y no creo que la profesora se compadezca de nosotros.

Suspiré con rendición y subí al auto. Por primera vez admitía que Cleveland tenía un buen argumento.

Él se volvió hacia mí y me miró con una sonrisa triunfal para luego poner el auto en marcha a toda velocidad.

-¿Quién iba a decir que algún día estarías en mi auto?

-Cállate y conduce, Cleveland, el simple hecho de escuchar tu voz es una molestia para mí -repuse con enojo y él rió.

De repente, sentí algo en mi trasero y me levanté ligeramente para tomarlo. Una vez lo tuve en mi mano, volví a sentarme con normalidad, sostuve el objeto frente mis ojos, tomándolo únicamente con mis dedos índice y pulgar.

Mi primera impresión fue que era algo rojo, lo detallé más y vi que se trataba del tirante de un brasier.

Rápidamente lo lancé a los asientos traseros con asco.

Ugh.

-Ya sabes, tengo mis necesidades -explicó el idiota a mi lado, al percatarse de mi reacción.

Ugh.

Y más ugh.

-No necesitaba detalles -dije haciendo una mueca de asco y mirándolo mal.

Él rió.

-¿Te molesta que esté con otras chicas, Clarkson? -preguntó y, aunque estaba viendo hacia el frente, supe que estaba enmarcando una ceja con la viva diversión revoloteando en sus ojos.

Bufé.

-Ni que fueses el rey del universo -murmuré rodando los ojos. Él comenzó a reírse-. Eres repugnante.

Rió más pero, gracias a todos los dioses del universo, no dijo nada.

El resto del camino se fue en completo silencio, lo cual agradecía profundamente.

-Gracias -murmuré, para luego bajarme del auto a toda velocidad.

Algunas personas que se encontraban vagando por los alrededores me miraron de manera estupefacta.

Les lancé una mirada asesina que provocó que mirasen hacia otro lado.

Entré al instituto y corrí a toda prisa hacia mi aula de clases.

Afortunadamente, cara de perro había tenido un contratiempo y aún no había llegado.

Me senté en mi sitio habitual y a los pocos minutos entraron Zack y la profesora.

Rodé los ojos. Este chico era un total desastre.

Luego de la aburrida clase de literatura, llegó el profesor de matemática para aliviar un poco mi día.

Me gustaba esa materia, por dos razones:

Era demasiado fácil.

Y, como termino los ejercicios rápido, puedo hacer otras cosas.

El profesor colocó unos cuantos ejercicios en la pizarra, procedió a la explicación y luego nos dejó un tiempo para realizar los ejercicios.

Yo los hice en unos pocos minutos y comencé a leer un libro que me había regalado mi mamá en vacaciones.

Insoportable [Sin editar]Where stories live. Discover now