18. Trato con el diablo

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— Podemos ir a buscarlo en Manchester — sugirió Will después de un breve silencio —. Asegurarnos que esté bien y después patearle el trasero a ese maldito.

— No creo que sea tan fácil, seguro tiene a algún demonio vigilándolo — comenta Dan —. Aunque podemos encargarnos de eso.

— Sí, dependiendo del demonio — analiza Drake —. Posiblemente tenga a James, Liam, Ed o Maddison — hace una pausa —. Dan podría convencer a Maddison, pero los otros tres...

— Podemos contra James — dije completamente convencida, pues ya nos habíamos enfrentado contra él y salimos victoriosos —. Ed y Liam ya son otra cosa — analicé nuestras posibilidades, Louis acaba de patearnos el trasero, y es 100% seguro que los otros dos hagan exactamente lo mismo y en menos tiempo, pues ellos pelean mucho más sucio.

Eso es. La única forma de ganarles era peleando igual de sucio, y por suerte conocía a las personas indicadas para eso.

— Necesitamos a alguien de su mismo calibre.

— ¿Altair y Avner? — pregunta Drake entendiendo al instante —. No sé — niega levemente con la cabeza —. ¿Qué nos asegura que no se volverán en nuestra contra?

— No lo harán — digo con seguridad, pues el mismo Altair me lo había dicho la otra noche —. Su problema es con Louis y Liam, no con nosotros.

— Me suena muy arriesgado — analiza Dan

— O no tenemos que aliarnos con ellos — respondí —. Quizá podemos convencerlos que arreglen esto de los poderes.

— Eso sí — acepta Logan —. Ya que los Tomlinson no saben cómo revertirlo.

— Bien, hay que hacer un pacto con el diablo — acepta Will —. ¿Todos a favor?

Lo primero que hice al llegar a casa, fue subir a mi habitación y buscar el estúpido collar que Louis me había obsequiado. Recuerdo que en ese momento sentía que mi vida no podía ir mejor, fue sencillamente mágico, en ese momento nunca hubiese creído que terminaría odiándolo como ahora. Vaya giros que da la vida. Abrí el armario y saqué un joyero donde guardaba mis reliquias personales: un par de fotos con mamá y papá, el reloj favorito de papá y un par de joyas de mamá, además de otros objetos con valor sentimental, y el amuleto en cuestión, la estúpida baratija causante de tantos problemas.

Examiné el amuleto de cerca, a simple vista no parecía tener algo fuera de lo común, simplemente era un relicario de oro blanco con una piedra cian en el centro y unos relieves raros al rededor. Me pregunté cómo servía, si era necesario decir alguna palabra mágica para activarlo o algo por el estilo. Nunca me lo había puesto pues tenía miedo que se me rompiera o que lo perdiera en algún lado, pues tenía un gran valor en ese entonces, ahora solo quiero lanzarlo por la ventana y mandar al infierno a la persona que me lo dio. Aunque a estas alturas, creo que monstruo es el término que queda mejor con él.

Bajo las escaleras y me reuní con mis hermanos en el salón, antes de seguir con el plan.

— ¿Están seguros de esto? — pregunta Logan tendiéndome un cuchillo de la cocina

— No — vacila Dan y se desordena un poco el cabello —. Pero estamos desesperados, así que...

— De acuerdo — asentí y tomé el filo del cuchillo con la mano, respiré hondo y deslicé el cuchillo sintiendo cómo la navaja me hacía un profundo corto en la palma de mi mano

Drake me pasa una toalla de algodón para evitar que ensucie todo con mi sangre, no me preocupé de la hemorragia pues pronto terminaría curándome por completo. Altair y Avner aparecen en cuestión de segundos.

Irrealidad IIWhere stories live. Discover now