Estoy casi allí y le envío un mensaje a Adria para hacerle saber que tendrá una agradable visita cuando choco con la espalda de alguien. Se escucha el sonido sordo de un maletín chocando con el piso y algunos papeles salen volando alrededor. Mis fotocopias, perfecto.

Doy un traspié hacia atrás para evitar pisar alguno perdiendo un poco el equilibro, pero Elliot es rápido y me ayuda a recuperarme. —Perdón, ¿estás bien? —dulce el preguntar cuando técnicamente era yo quien iba caminando con la cara pegada al celular—. ¿Marisol? Digo, señorita Montenegro.

—Am... —lo veo—. Sí, sí. Todo bien. Lo siento por eso.

—No te preocupes. ¿Ibas a la biblioteca? Porque yo... —no termina la frase y sus mejillas se sonrojan.

Cooorrecto.

Iba para la biblioteca donde Adria está todas las tardes. Donde seguramente él va todas las tarde. Y donde seguramente yo estoy interrumpiendo esta tarde.

Oculto una sonrisa. —En realidad iba al baño, pero estaba muy concentrado en el celular que no vi por donde iba. Mis disculpas —me agacho para recoger mis hojas. Él me ayuda y es un revoltijo de documentos en el que ambos revisamos rápidamente cual pertenece a cada uno—. Gracias.

—De nada —me entrega la última hoja.

—Entonces, feliz tarde profesor —le hago un saludo militar y me doy media vuelta. De reojo veo como él sigue hacia la biblioteca. Bajo la mirada hacia las hojas arrugadas entre mis manos con el logotipo de un laboratorio clínico. Parecen fotocopias o tal vez no lo sean. Yo solo tomé las hojas que pude sin que él lo notara.

No me culpen. No resistí la tentación y la oportunidad se dio. Así que simplemente tomé ventaja del destino. ¿A dónde puedo ir para leer que es lo que el profesor necesita de un laboratorio clínico? Pienso en la cafetería y no, definitivamente no. Pero tal vez el baño del segundo nivel ayude. Ojitos Grises no pareció notar que algo le faltaba, además no creo que sea algo de información tan delicada que lo lleve en su maletín de trabajo donde cualquiera puede fisgonear.


Veo hacia atrás para asegurarme que él se ha ido. Prácticamente subo corriendo las gradas hacia el segundo nivel. 

ADRIA

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ADRIA

—¿Podrías dejar de verme de esa forma? —pregunto riéndome—. Me estás viendo raro.

Han sido unos días extraños para mí. Después de lo que pasó el fin de semana con Elliot y de repasar una y otra vez todos esos pensamientos sobre Marisol y él juntos, he llegado a la conclusión que en realidad no puede haber nada entre ellos. Soy yo la que está viendo cosas donde no existe absolutamente nada. Así que decidí dejar a un lado esa amargura y solo disfrutar del par de semanas que me queda al lado de Elliot. Después cada quien irá por su camino y esperemos que mis sentimientos con el tiempo solo desaparezcan.

Una última vez (Reescribiendo)❌Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz