Capítulo 21

1.5K 72 10
                                    

ELLIOT

La noche estaba algo fría cuando comenzó. La llevé a una cafetería y sonreí con educación a la chica del mostrador que no me dejaba de coquetear descaradamente y miré con un poco de dureza al tipo que no dejaba de ver las piernas de Adria. Caminé con ella por esos matorrales y me reí mucho viéndola esquivar ramas y hojas, pero nunca pidiendo que regresáramos por donde vinimos. Mi chica valiente e imprudente.

Pasé toda la semana pensando en esta noche. La noche en donde las cartas serían puestas sobre la mesa de una vez en todas. Ella lo sabría todo y no me quedaría con esta carga en el pecho por una noche más. Y si nada de lo que yo siento era correspondido y mis verdades no eran aceptadas, una botella de Vodka me esperaba en casa. Aunque apostaba casi todo a que esa no sería la opción que Adria tomaría, pero al parecer estaba equivocado. Muy equivocado.

Y así llegamos a este momento.

Sus ojos marrones lucen brillosos. Pero me niego a creer que es porque está a punto de llorar. ¿O tal vez es simpatía lo que trata de expresar? Desearía devolver el tiempo atrás y retirar por completo mi invitación para ir por un café. Tal vez nunca hubiera estado listo para escuchar su respuesta, y no le he dicho lo que siento, pero ella se adelantó a mis palabras como si no pudiera esperar quitarse esa carga encima unos minutos más. Como si decirlo de un solo golpe sería más fácil que escucharme derramar mis sentimientos en medio de la noche.

Su tono de voz es estable, así que no entiendo lo que ha salido de esa boca rosada hasta que ella levanta sus cejar hacia mí.

—¿Escuchaste lo que dije?

Claro que lo escuché. Fuerte y claro. Sus palabras las puedo escuchar como un eco. Jamás he odiado tanto la palabra "amigos" saliendo de su boca como lo hago ahora. La quiero agarrar por los hombros y defender mi caso, explicarle que ella estaría bien conmigo. Que nosotros simplemente seríamos indestructibles juntos.

Me aclaro la garganta porque ahora es muy difícil tragar. —Claro... —miro hacia adelante porque no sé que tanto puede ella leer en mi rostro—. Lo entiendo. Gracias. Gracias por tus palabras. Tú sabes que también eres importante para mí —no te imaginas cuanto—. Siempre seremos amigos —las palabras saben a ceniza en mi boca—. No quiero más peleas. Esto... —no resisto el impulso y toco su mano. Sus dedos se contraen como si le hubiera hecho daño, pero ella no se retira—. No quiero olvidarte tampoco —digo en voz baja para evitar que mi voz tiemble—. No sabría como hacerlo de todas formas.

No creo que haya escuchado la última parte porque sus ojos están sobre nuestras manos. Quito rápidamente la mía y tomo un sorbo de café caliente para evitar decir más de la cuenta. Sonrío y mi boca se abre para hablar de otra cosa, seguramente nada interesante porque el resto de la noche cuando la llevo de vuelta al orfanato y regreso a mi departamento lo único que puedo repetir en mi memoria es la voz de Adria diciéndome que somos amigos una y otra vez. 

Una última vez (Reescribiendo)❌Where stories live. Discover now