Capítulo 27

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MARISOL

—No te duermas —Luis me patea fuerte la espinilla haciendo que dé un pequeño brinco sobre mi escritorio. La profesora Castellanos deja de hablar un momento para lanzarnos una mirada y luego sigue con su clase—. De nada.

—Bruto

Él solo ríe mientras regresa su atención a la víbora frente al salón. Desde hace un tiempo he estado en conflicto con esta señora. Es decir, no es mala profesora en general, pero a leguas se nota que trae entre ceja y ceja a Adria. Estoy segura, segurísima que esto se debe a la mirada de cachorro abandonado que le lanza Ojitos Grises cada vez que mi amiga se cruza por su camino. El amor puede apestar a veces. Ahora que lo pienso tal vez no sería tan malo que Elliot y Adria salgan. Prácticamente faltan semanas para que este año escolar diga adiós y ya, nada de profesor-alumna. Ellos son libres, yo soy libre, todo mundo es libre.

Un sonido de puerco se me escapa cuando intento no reírme. En mi cabeza sonó como si estuviera representando una pobre versión de Frozen. Rápidamente toso para cubrir el sonido.

Pero volviendo a mi tema mental. Ellos podrían comenzar una relación. Al fin y al cabo de nada me sirvió casi perder mi beca y arriesgar mi futuro estudiantil si no encontré nada malo en el pasado de Ojitos Grises. Y él realmente ve a Adria como si ella fuera una cosa de otro mundo, como si le hubieran bajado un pedazo de estrella para que la examinara. Es una cosa dulce de ver. Le dije a Santi en una ocasión que él me miraba así y él respondió que eso sonaba muy cursi, pero que sonaba mejor si dijera que me miraba como si yo fuera el mejor pedazo de carne en todo el bufé. Supongo que también funciona.

Y mi mente está trabajando horas extras para maquinar un plan y hacer que esos dos por fin, por fiiiin, se den cuenta de que tal vez puedan ser una cosa increíble juntos. Sueno hasta poética, caray. El punto es ese, hacer que Ojitos Grises y Adria desnuden sus almas. Aunque el fin de semana pasado Adria estuvo más que rara. Su actitud no cambió ni el lunes, ni el martes y hoy... pues creo que estamos en las mismas. No es cortante, nada de eso, simplemente parece ausente. Vi que Ojitos Grises le mandó varios mensajes y ella respondió así que nada de drama entre ellos, pero cuando algo se mete en mi cabeza tengo que saciar mi curiosidad, de lo contrario no puedo dormir bien.

—...Y eso sería todo jóvenes —Castellanos recoge sus pertenencias del escritorio—. Hagan su último esfuerzo. Este es el último trabajo de zona a entregar y luego solo deberán presentar su examen final.

—Yupiii.

Luis me vuelve a patear y lo miro mal.

—Feliz tarde —Castellanos se despide.

—¿Quién diablos pone literatura para el último período? —Luis se ve molesto—. Tengo que acomodarme cada minuto para no terminar dormido frente a la profesora.

—Nuestra increíble administración seguramente —tomo mi bolsón y salimos hacia los casilleros—. ¿Irás a la cafetería?

Él está metiendo todos los libros en su casillero hasta dejar vacía su bolsa. —Nah. Ya nada de trabajos en equipo, ¿recuerdas? Creo que llamaré para que pasen por mí más temprano.

—¡No seas aguafiestas! No me dejes sola —le hago un puchero pero él ya está enviando un mensaje—. Te odio.

Se ríe. —¿Por qué no vas con Adria?

Termino de guardar mis cosas y pongo en mi brazo un manojo de fotocopias que me servirán esta tarde. —¿Has visto la biblioteca a esta hora? Pueden salir almas en pena ahí de lo solitario que es.

—Ve con ella, Marisol —me da un rápido abrazo—. Nos vemos mañana.

—Adiós —veo hacia mi celular. Podría ir con Adria o podría ir a la cafetería a sentarme solita con todos esos jóvenes. Miro hacia el pasillo y reacomodo mi bolso sobre mis hombros sin soltar las benditas fotocopias. Biblioteca será.

Una última vez (Reescribiendo)❌Where stories live. Discover now