17. Precipicio Emocional

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Su mano, pequeña comparada con la mía, se deslizó delicadamente soltando el agarre.  

- C-creo que deberías irte.

"Al menos atrévete a mirarme a la cara al decir eso"

- No –. No iba a abandonarlo, los dos estábamos juntos en eso.

- Vístete, toma tus cosas y vete –. El ligero temblor en su voz me impulsó a hacerlo.

- Jinhwan –. Sin importarme hacerlo frente a su padre, tomé su pequeño rostro entre mis manos obligándolo a mirarme.

Sus ojitos se encontraban tan aguados como los míos, sentía una especie de presión en el pecho mientras un sentimiento de impotencia se atoraba en mi garganta.

- P-por favor –. Rogó mostrándome un par de lágrimas deslizándose por sus mejillas haciendo contacto con mis manos posadas sobre ellas.

Él estaba intentando hacerse el fuerte frente a mí, quizás con la mentalidad de que siendo mi hyung debía ser mi fortaleza, pero se le olvidaba que, siendo mi amado se convertía en mi más grande debilidad.

Lo abracé para no mostrar mi lado vulnerable, su rostro se hundió en mi cuello humedeciéndolo con sus cálidas lágrimas.

Sus lágrimas se sentían con un tipo de calidez completamente capaz de romperme el corazón.

Y justo en ese momento me dedicó aquellas palabras que fueron como un secreto que sólo nosotros podíamos saber.

– "Todo estará bien" –

No se sentía de esa forma, pero quería creer en él. Me aparté sin poder contener alguna que otra lágrima que me obligó a salir de la habitación apresuradamente para evitar que las viera.

Me vestí con la vista completamente empañada, tomé mis cosas y salí de la casa.

Me detuve recostando la espalda por la puerta cerrada secándome con rabia las lágrimas.

Tener a Kim Jinhwan fue... lo mejor que me pasó en la vida, colgando la tira de la mochila a un lado de mi hombro me alejé de aquella casa.

Él dijo que todo estaría bien... ¿Entonces por qué mi corazón se sentía tan herido como si lo hubiese perdido?

Mi aliento dejaba escapar un casi imperceptible humo blanco por el choque de temperaturas en el aire, el viento me helaba el rostro por lo que me apresuré a ir a la casa de los Song.

¡Y gran sorpresa la que me llevé!

Al abrir la puerta de vidrio me encontré con una escena congelada, o más bien demasiado tensa.

Yunhyeong tenía el ceño fruncido delatando su desagrado la manera en cómo mantenía la mandíbula completamente tiesa.

Chanwoo mantenía los ojos bien abiertos con la boca ligeramente abierta, ambos mirando a la mujer que se encontraba dándome la espalda.

Su perfume caló en mis fosas nasales, y su cabello se movió como si estuviese filmando una especie de comercial para champú cuando volteó a mirarme.

Su sonrisa se ensanchó mostrándome lo estirado que estaba su rostro incluso sin mostrar siquiera una arruga.

- ¿June? –. Dio un paso hacia mí curiosa a la par que yo retrocedí.

Todo el enojo que había sentido al verla por televisión era diferente, en ese momento no sentía nada, me encontraba aún demasiado sorprendido.

- Soy yo, mamá.

Prohibido Tocar - {Junhwan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora