3. Mal día

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"Esto no es bueno..."

Con sólo mirarme a los ojos podría jurar que ya lo sabía todo.

Yo me encontraba frente a él rompiendo en pequeños pedazos la servilleta de papel mientras él me escrutaba con la mirada, podría decirse que, para mi mala suerte, yo siempre había sido una persona demasiado transparente. Completamente fácil de leer cuando intentaba ocultar algo.

Mi padre recargó sus codos sobre la mesa después de hacer a un lado la taza que antes había estado llena de té.

- ¿Qué está pasando? -. Finalmente preguntó, empezando así mi tortura psicológica.

- Nada -. Mi voz sonó demasiado sospechosa con aquel tono tembloroso y extremadamente agudo, él entrecerró los ojos, tragué saliva audiblemente.

Podía escucharse el sonido del agua correr en el piso de arriba, mi madre acababa de levantarse y estaba tomando una ducha.

- Pasas todo el día fuera de casa, ya ni siquiera se dirigen la palabra y quieres que crea que no pasa nada - su risa irónica interrumpió sus palabras - ¿Te descubrió haciendo algo? ¿En qué estás metido Jinhwan?

Contuve mis ganas de querer reírme descaradamente en su cara. La situación era completamente opuesta a la que él se estaba imaginando.

- Nunca fui un hijo problemático y lo sabes.

- Entonces ¿qué es esto?... ¿Una especie de fase rebelde tardía?

- Si quieres saber qué pasa... ¿por qué no se lo preguntas a ella?

- Porque ya lo hice y se puso igual de nerviosa que tú, y es de esperarse que conociéndola quiera cubrirte.

- Esta conversación no tiene sentido -. Me puse de pie provocando accidentalmente un estruendoso sonido cuando la silla cayó hacia atrás, tenía tantas ganas de huir que no controlé mi fuerza al ponerme de pie, cosa que se vio mal ante mi padre que, no sabía cómo me sentía y lo tomó como un acto violento.

- ¿A dónde vas?

- A la universidad.

- Es feriado -. Touché.

Suspiré pesadamente, un incómodo silencio volvió a envolver el ambiente por bastante tiempo mientras sólo nos mirábamos hasta que decidí que era suficiente, no tenía por qué temer si yo no era la persona que había fallado, aunque él creyera que sí.

- Voy a la biblioteca.

- ¿Desde cuándo no prefieres estudiar en tu habitación?

- Desde que tengo amigos.

- ¿Entonces son ellos los que te están llevando por el mal camino?

¿De verdad lo dijo? Siempre era lo mismo, nunca le agradaban las personas que se acercaban a mí y terminaba hartándolos hasta quedarse satisfecho cuando me quedaba solo.

- ¡Dios! ¡No! -. Vi la larga cabellera de mi madre, estaba asomada a la puerta debatiendo si meterse o no en la discusión, aunque siendo sincero no esperaba que le diera un ataque de sinceridad de repente por querer defenderme.

- No pronuncies el nombre de Dios en vano.

- ¡Por lo menos déjame ser dueño de lo que digo! -. Genial, terminé alzándole la voz.

La situación me estaba estresando más de lo que esperaba, tenía tantas ganas de gritarle la verdad, me miraba como si yo fuera el malo, el mal hijo que ignora a su pobre madre y la deja abandonada todo el día.

- Mientras vivas bajo este techo seguirás mis reglas, no puedes alzarme la voz, hoy te quedarás a limpiar la casa y dejarás que tu madre descanse un poco.

Prohibido Tocar - {Junhwan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora