La quinta del Tío Jack

156K 12.2K 3.1K
                                    


Llegó a las siete en un radiante auto deportivo rojo. Yo había hecho un pequeño bolso con lo necesario para sobrevivir el fin de semana.

—Vaya, esto no es nada parecido a lo que habían llevado las chicas de antes —dijo cargando mis cosas a la valijera.

—¿Qué chicas de antes...?

—Olvídalo —contestó y me apresuró a entrar en el auto.

—¿A qué se debe que manejarás hoy? —pregunté.

—No quiero forzar a Dan a tener que pasar el fin de semana entero allá y los demás ya se fueron esta mañana en el bus compartido.

—Ajá —me alegré por dentro. En ese caso prefería toda la vida ir con Ethan, antes que tener que meterme en un bus con toda su familia.

Llegamos a la quinta más grande que había visto en mi vida. Nos tomó como cinco minutos desde que divisamos el muro hasta que llegamos a la entrada principal. Avanzamos por un camino de piedra alumbrado con delicadas farolas, hasta llegar a una amplia zona donde se alzaba de un lado un salón quincho y del otro lado una construcción residencial.

Ethan aparcó el auto junto a algunos otros que estaban estacionados sobre el pasto y bajamos. Se podía ver a mucha gente de aquí para allá. Algunos estaban sentados en grupo en el quincho, riendo y tomando al costado de la parrilla, la cual rebosaba de comida. Otros se bañaban en la piscina, gritaban y reían sin parar. Y algunas que otras parejas dispersas hacia la oscuridad. Sentí que empezaban a sudarme las manos y el pecho me apretó lo suficiente como para darme cuenta de que estaba nerviosa.

—No seas tímida —me dijo él. Enseguida se acercaron unos sujetos bien vestidos y se llevaron nuestros bolsos.

Hacía frío, como era común en el campo. Caminamos hacia el quincho, pasando primero por la piscina. Ethan saludaba a todos con alegría. Un muchacho que aparentaba un poco mayor que él salió del agua al vernos, se acercó y le dio un fuerte abrazo antes de que ambos chocaran sus pechos con fervor.

—¿Y esta señorita? —preguntó refiriéndose a mí.

—Hola, soy Jacqueline —le dije.

—Jason —se presentó él, estrechando mi mano con firmeza y sonriendo. Parecía muy agradable—. Es mi mejor primo, no lo dejes hecho un trapo, Jacqueline.

Ethan rio. —Sólo es una amiga— se apresuró a decir.

—Tu padre está allá y ya sabes con quién —le dijo a Ethan, haciendo un gesto con la cabeza en dirección al quincho.

—Ni me lo digas —contestó éste.

—Tuvieron suerte de perderse el almuerzo, casi se arma un lío con Brittany —le dijo por lo bajo—. Tu padre se sintió tan avergonzado que por poco se despide de todos y se va. Si no hubiera sido por el tío Jack, que calmó las aguas, no sé cómo hubiera terminado todo.

—No tengo idea de por qué la trae, —se quejó Ethan— sabe bien que su noviecita no se lleva nada bien con Brittany.

Jason hizo un gesto inclinando la cabeza y se abrió paso para que continuemos.

—¿Quién es Brittany? —pregunté cuando seguimos avanzando.

—La rubia de allí, es mi prima —dijo señalando a una chica muy bonita que se encontraba en el medio de un grupo de otras que cuchicheaban mojando los pies en el agua— Pero ella no es el problema, sino Evelyn, la novia de mi padre. No le cae bien a nadie y, sin embargo, aparece en cada reunión familiar, sólo con la intención de molestar. Ya la verás.

Casa NO en venta (completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora