Media hora en el Cielo

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Sinceramente, Peter no entendía por qué estaba jugando a la botella con los mocosos de la manada. Habían pasado de jugar verdad o reto a algo llamado media hora en el Cielo, juego que el Hale no conocía pero que le intrigaba a la vez.

El juego consistía en encerrar a dos personas en el Cielo, lo cual era el armario del Loft, y se quedaban allí por  unos completos 30 minutos. Los primeros en ser enviados al Cielo fueron Stiles y Derek, los cuales salieron media hora después con el pelo despeinado y la ropa removida. Peter supuso que se habían peleado allí dentro.

— ¿Cumplieron el reto? –Les preguntó Lydia con una sonrisa digna de una loca.

Stiles y Derek asintieron, enrojeciendo levemente mientras se sentaban a un lado. Una vez cumplido el reto podían dejar de jugar.

— Muy bien, que vuelva a girar la botella.

Todos observaron espectantes mientras le pelirroja hacía girar la botella. Esta dio cuatro tortuosas vueltas y se detuvo lentamente, apuntando hacia Peter y Liam.

Los demás se miraron y rieron, mientras que Liam tenía cara de querer meterse un tiro en las pelotas al ver con quién debía pasar media hora en el Cielo.

Hale y Dunbar se pusieron de pie y fueron hacia el armario. Ninguno de los dos se dio cuenta de lo pequeño que era hasta que estuvieron encerrados dentro. Notando que sus cuerpos se rozaban ante la falta de espacio.

Peter, que estaba de espaldas a la puerta, miró hacia abajo. Se quedó observando como los ojos del menor brillaban amarillos, y supuso que de seguro los suyos brillaban azules.

— ¿Sabes lo que tenemos que hacer ahora? –Peter negó ante la pregunta de Liam.— ¿En serio? Llevamos una hora jugando.

— Pero no entendí nada –Admitió nuevamente.

El rubio rodó los ojos y bufó. Aunque Peter notó un ligero rubor apareciendo debajo de sus ojos.

— Hagamos esto rápido –Pidió Liam intentando que su voz sonara grave, aunque no lo logró.

Antes de que Peter pudiera preguntar qué era lo que iban a hacer rápido, los labios del menor de estamparon de forma brusca contra los suyos. Sorprendiéndole por el repentino acto.

Liam era bruto e inexperto, a pesar de que no era su primer 30 minutos en el cielo si que debía admitir que era difícil con Peter.

— El juego consiste en que tenemos que conseguir excitar al otro, si cooperas te lo agradecería –Le dijo con el ceño fruncido.

— Creí que sabías jugar a esto.

— Con chicas, tú eres el doble de mi tamaño –Puntualizó.— Además, tú no estás haciendo nada.

— ¿Quieres que coopere? –La voz de Peter era sugerente.— Pues eso haré.

Ahora fue Liam el que se quedó con la palabra en la boca. Puesto que los labios de Peter abordaron los suyos con tal fuerza que su espalda chocó contra la pared del armario, haciendo un ruido hueco y provocando que gruñera adolorido en medio del beso.

Cuando Peter encontró un movimiento rítmico con sus labios, Liam le siguió. Comenzando así una pelea entre sus lenguas por ver quién iba a ser el que controlara el beso. La cual obviamente ganó Peter, antes muerto que ceder el control de algo.

Ambas manos del mayor fueron a parar a las caderas del Liam, mientras que él recorría el pecho de Peter con las suyas. Colando las manos por debajo de la camiseta que llevaba para conseguir tocar más piel.

Aquél armario no tardó mucho en volverse una especie de sauna, aunque a ninguno de los dos podía importarles menos. A Peter porque se estaba diviertiendo y Liam porque realmente comenzaba a sentirse invadido.

Piam One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora