Rutina Nocturna

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Peter no era la clase de persona que puede dormir toda una noche seguida, siempre duerme un par de horas y luego se queda con los ojos abiertos mirando hacia la oscuridad. Pero desde que Liam está a su lado las cosas cambiaron.

Se volvió una rutina el observar al rubio dormir. Le gustaba ver la forma en la que su cabello caía sobre sus ojos, el como se movía cuando él lo hacía o las veces que murmuraba palabras inentendibles en sueños. Era ciertamente algo adorable de presenciar.

Pero lo que al Hale le había llamado más la atención había sido que sin importar cuando te moviera o si le hablaba, Liam no se iba a despertar fácilmente. En un principio creyó que era por la medicación que le obligaban a tomar, pero luego notó que había noches en las que no la tomaba y aún así dormía como un tronco.

Dos noches después, Peter puntualizó que Liam siempre dormía con una de sus manos apoyada en el cuerpo del mayor. Ya fuera tocándole en pecho, el brazo e incluso a veces el abdomen. Por lo que el pelinegro probó qué pasaba su le movía la mano.

Apenas y alejó la mano del rubio de su cuerpo, el chico abrió los ojos y le miró.

- ¿Qué ocurre? -Le preguntó el chico muy adormilado.

- No es nada, vuelve a dormir.

Liam murmuró algo que Peter no entendió y se acurrucó aún más contra el cuerpo del mayor. Atrapándole en un abrazo del que definitivamente el otro no iba a poder soltarse, a pesar de estar dormido, el rubio tenía un fuerte agarre.

Tampoco era como si Peter quisiera soltarse. No iba a admitirlo nunca, pero le encantaba cuando Liam se acurrucaba contra él, sentir el calor que desprendía aquél pequeño cuerpo contra se le había vuelto adictivo como una droga. El rubio lo sabía, por eso le abrazaba siempre que podía.

El Hale se quedó contemplando su rostro, quitándole nuevamente aquellos mechones rebeldes que le obstruían la vista de aquella obra de arte que, para él, era el rostro de Liam.

- Tienes que cortarte el cabello, pequeño -Le susurró Peter, no esperando recibir una respuesta.

- ¿Hm...? -Vió como Liam fruncía el ceño ligeramente.- Mañana.

El rubio volvió a moverse, haciendo ruidos de frustración mientras intentaba encontrar una posición cómoda y a la vez abrazarse fuertemente a Peter.

- ¿Qué ocurre? -Le preguntó el mayor, ya que normalmente Liam no se movía casi nada.

- No puedo dormir -Se quejó el menor.- Tuve un sueño raro.

- ¿Una pesadilla?

- Más o menos... -Comenzó a explicar mientras abría los ojos.- Aunque no me dio miedo, sino que me sentí... Triste.

- ¿Quieres hablar de ello? -Peter se puso de lado para verle bien.

El rubio hizo lo mismo para poder ver bien al mayor, el cual ahora tenía toda su atención puesta en él.

- He tenido el mismo sueño un par de veces -Comenzó a contar.- Estoy en el pozo de nuevo, siento la herida en el pecho sangrando y el agua fría debajo de mí...

- Por favor, no digas eso porque me da ganas de estrangular al idiota que te metió allí en primer lugar -Los ojos del mayor brillaron azules por un segundo.- Continúa.

- Comienzo a pedir ayuda y, de repente, miro hacia arriba. Siempre hay alguien allí: La primera vez vi a Scott, luego a Stiles, a Mason lo vi varias veces. Pero las últimas veces... Solo te he visto a ti.

- ¿Qué ocurre luego? ¿Te saco del pozo?

- Te vas -Dijo súbitamente el menor.- Te grito que por favor regreses, pero pareces no escucharme. Intento con todas mis fuerzas trepar, pero no tengo fuera en los brazos, siempre caigo de nuevo al agua. El sueño siempre acaba igual, me hundo y nadie ma ayuda.

- Pues lo que hizo el Peter de tu sueño no suena como algo que to haría, al menos no te lo haría a ti. Si fuera Scott o Stiles lo más probable es que yo sea quien los tire al pozo.

Liam rió con la voz queda y frotó su nariz contra el hombro del mayor, el cual sonrió ante el gesto. Aunque notaba que las pulsaciones de Liam habían aumentado considerablemente.

- ¿Te cuento un secreto? -Le preguntó, recibiendo una mirada curiosa y un asentimiento por parte del menor.- Yo también tengo pesadillas.

El rubio le miró con sorpresa reflejada en sus ojos, para luego mirarle con pena.

- ¿Quieres hablar de ello?

- Mejor otro día, mañana tienes escuela y tú tienes que dormir.

- Sabes que no voy a dormir hasta que no me lo digas.

El mayor bufó con resignación y se rascó la nuca, queriendo pensar en cómo podía comenzar a contarle aquellas pesadillas a Liam.

- A veces sueño que el incendio vuelve a ocurrir y que estoy de nuevo quemándome junto con mi familia. Intento llegar a Talia para ayudarla, pero caigo al suelo y veo como ella se retuerse y grita hasta que cae y deja de moverse -Dijo todo muy rápido.- Otras veces la pesadilla cambia, veo a Laura gritándome por lo que le hice, diciéndome que ella confiaba en mí y que le traicioné para luego comenzar a golpearme.

- ¿No puedes defenderte?

- Ni siquiera lo intento, sé que me lo merezco.

El rubio le abrazó aún más fuerte al escuchar aquello, intentando de alguna forma reconfortar a Peter.

- La pesadilla más recurrente ahora trata de que pierdo a Derek y Cora, que les veo morir y simplemente no puedo hacer nada para ayudarlos.

- Te preocupas por ellos.

- Son todo lo que me queda -Le miró directo a los ojos.- Daría mi vida por ellos.

- Te comportas como el lobo malo, pero eres un cachorro adorable.

- Calla, tú eres el cachorro adorable -Peter le acercó más.- Eres mi cachorro adorable, agresivo e inquieto.

- Pero así me amas.

- Por supuesto -El pelinegro escondió el rostro en el cuello del otro.- Eres una de las mejores cosas que me han pasado.

- Aw... -Liam sonrió.- Te has puesto muy cursi de repente, tú no eres así.

- Lo soy cuando la persona de verdad me importa.

- Solo falta que me propongas matrimonio y ya tendré echa la noche.

- De hecho...

- Peter, no -Le frenó el rubio.- Con eso no se bromea.

- ¿Quién dice que bromeo?

- Pues más vale que lo hagas, porque recuerda que aún soy menor.

- Eso no parece preocuparte cuando te follo sin piedad -Le recordó.

- Eso es diferente, es algo privado entre nosotros. Un matrimonio es... -El rubio no encontraba la palabra correcta.- Algo mucho más serio que solo dejarme lisiado.

Peter rió contra el cuello del menor, dejando pequeños besos contra la piel de este. Mientras tanto, Liam miraba por encima de su hombro para revisar la hora en el despertador.

- Ya son casi las tres de la madrugada.

- Bu... Los fantasmas salen a esta hora -Se burló el mayor, recibiendo un ligero golpe en el hombro.- Intenta dormir un poco.

Ambos se acurrucaron aún más, si es que era posible, y cerraron los ojos. Aspirando el aroma del otro mientras intentaban conciliar el sueño.

- Descansa -Murmuró Liam.

- Tú también.

Ambos se dejaron caer en los brazls de Morfeo, aferrados al otro como si temieran que les separaran.

La alarma no los despertó al día siguiente, por lo que Liam no fue a la escuela. Ni siquiera los rayos del sol que se colaban por la ventana les despertaron. Y cuando la manada les encontró, no se creyeron capaces de molestarles. Nunca nadie les había visto dormir tan apaciblemente.

NOTA DE LA AUTORA:

Esto es tan fluff que me da diabetes. Les juro que esto empezó como un angst, luego pensé en smut y acabó siendo la cosa más azucarada que jamás voy a escribir. Dios, no sé que estoy haciendo con mi vida.

Piam One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora