capítulo 8 ➵ el bar

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      —No. Detesto en lo que te convertiste después de que estuviese vigente el contrato.

      —Entonces, si hubiera seguido igual... ¿hubiera tenido alguna oportunidad contigo?

Rowan se echó a reír nuevamente y se apartó negando.

      —Tírate a un pozo, ¿quieres?

      —Eres una idiota —se rio con ella, a pesar de que sus palabras le habían dolido—. ¿Lo sabías?

      — ¡Cállate y baila!

Rowan tomó las manos de Peyton entre las suyas y la acercó un momento. Por ese pequeño instante, pareció que se iban a besar, pero no. Rowan ya estaba lo suficientemente ebria para no acordarse de todo eso por la mañana y List, bueno, ella estaba viviendo el mejor momento de su vida. Estaba rozando la felicidad con sus dedos por ese momento y no quería que la noche terminara.

Peyton no podía parar de pensar en lo hermosa que se veía sonriendo, disfrutando el momento. Había pasado tanto tiempo sin ver aquella sonrisa, más o menos natural, y se sentía bien tenerla de vuelta. Y, aunque quería creer que era por ella, no era así. Rowan estaba destrozada y el alcohol la estaba ayudando a no pensar en lo arruinada que estaba su vida. Si solo supiera que el alcohol estaba empeorando su situación en vez de mejorarla, tal vez no hubiera pedido un trago tan fuerte y hubiera pasado la noche en casa. Pero no había sido así.

Su manager le había dicho que había un after party y que sería un buen momento para sacar provecho de la relación con Peyton. Además, ya había contactado a todos los paparazis que había podido, así que salir de allí, sería un absoluto caos.

Luego de un buen rato bailando, Rowan no midió la distancia del escalón que había para salir de la pista y se tropezó. List fue lo suficientemente rápida para agarrarla y cuando ambas quedaron frente a frente, la castaña se rio y le tocó la nariz.

      —Te has enamorado de mí —balbuceó, poniéndose de pie, pero sin apartarse de Peyton, solo mirándola—. ¿No es así? —preguntó tocándole la nariz con su dedo índice, otra vez.

      — ¿Te sientes bien? —decidió preguntar, ambas caminando de regreso al bar. Rowan corrió a pedir otro trago, sin tropezarse con sus pies y cuando tuvo su Pimps Up en las manos, lo alzó hacia Peyton y bebió.

      —Estoy... perfectamente. —balbuceó alzando el trago, salpicándose—. Oops. ¡Oh por dios! ¿Escuchas eso? ¡Es P!NK!

      —Por favor no me hagas ir a bailar de nuevo.

      —Sé una buena novia falsa y acompáñame. —le ordenó, bebiéndose el Pimps Up de un sorbo y al ver que Peyton se cruzaba de brazos, agarró un arándano que estaba dentro del vaso y se lo tiró.

      — ¡No desperdicies la fruta! —se rio—. Se supone que tienes que comértela —Rowan abrió la boca y asintió, agachándose para recoger el arándano y tirárselo dentro de la boca antes de que List pudiera frenarla—. Dios. Eres asquerosa. Así no se suponía que tenía que ser.

      —Y.... hip, ay, perdón. Me dio hipo —sonrió—. ¿Y cómo se supone que era?

      —Tomas el trago y comes la fruta.

      —Oh... hip —sonrió y agarró un pomelo para ponérselo en la boca—. ¿Estás enamorada de mí? —preguntó entre un balbuceo que le causaba la rodaja de pomelo y su propia borrachera.

      — ¿Qué? —preguntó, sacándole el trozo de pomelo de la boca.

      — ¿Estás enamorada de mí? —gritó, causando que su sonrisa se borrara.

      — ¿Por qué me preguntas eso?

Rowan le ofreció una frutilla y Peyton le apartó la mano.

      —Hip. Solo dímelo —pidió—. ¿Estás enamorada de mí?

      —No —mintió—. No estoy enamorada de ti.

Rowan se rio. Peyton no entendió su risa. La joven dejó el vaso de vuelta en su lugar y le agarró la mano para devolverlas a la pista. So What sonaba de fondo y Rowan la cantaba a gritos, sin importarle si Peyton bailaba o no con ella. Estaba demasiado borracha para pensar claramente.

List detuvo su bailar cuando Rowan se quedó mirándola. Ambas detenidas en mitad de la pista de baile, se quedaron mirándose la una a la otra. Rowan sintió una extraña sensación cuando vio los ojos de la chica y se dio cuenta que algo no andaba bien. Fue incapaz de preguntar el qué, pero por un instante la sobriedad que la invadió le dio la respuesta automáticamente.

Ignoró el ruido en el lugar y la analizó cuidadosamente. Sabía que detrás de toda esa imagen apática y descortés que la chica mostraba, existía una persona noble, cálida, sincera y llena de humanidad. Y la estaba viendo ahora. List estaba vulnerable porque Rowan estaba borracha. Recién entonces cayó en cuenta del por qué la joven había cambiado tanto y tan bruscamente. El contrato no solo había afectado a Rowan, sino que también a List. ¿Cómo pudo ser tan idiota para no darse cuenta de eso? ¿Cómo pudo ser tan egoísta?

      — ¿Por qué me miras así? —preguntó List. Los ojos le brillaban de felicidad y pena a la vez.

Peyton se había vuelto insoportable, egoísta y egocéntrica. Y nunca se había planteado por qué. ¿Por qué a veces una persona buena se vuelve mala? Bueno, existen varias razones. Principalmente para protegerse del mundo, de algo que les pasó o algo que les duele y no saben afrontar. Se transforman en seres soeces porque temen que la historia que les destruyó se repita.

      — ¿Rowan? —repitió, más preocupada—. ¿Estás bien?

Entonces, lo supo. A pesar de lo ebria que estaba, pudo ver en sus ojos la verdad y se congeló al darse cuenta que...

... Peyton estaba irremediablemente enamorada de ella.

Peaches ©Where stories live. Discover now