Él es un narcotraficante.
A él lo vendieron en una subasta.
Ambos se unieron por el cosas del destino, pero en este mundo no puedes enamorarte.
"En este mundo, hijo, hay 3 reglas.
1-Cuida tu espalda
2-No confíes en nadie
3-No te enamore...
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David no sabía dónde estaba, después de ese encuentro había amanecido solo en su habitación, no puede mentir, lloró, solo encontró una caja a un lado de su cama, en esta solo se encontraba una nota en conjunto a la ropa que venía ahí.
La nota era sencilla y clara:
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Eso fue lo que hizo y ahora mismo no sabía dónde se encontraba, el hombre que lo había traído hasta aquí lo había acompañado a la habitación en la que ahora estaba y se había retirado.
La puerta se abrió y por ahí entraron dos hombres, Zeus y uno de los hombres que había visto en la reunión.
-Ya sabes las condiciones- Le dijo al señor que lo acompañaba y luego caminó hasta David, y le obligó a verlo.
-Espero que no des problemas, tal vez con esto te des cuenta de lo que eres- lo soltó lanzándolo a la cama y después retirándose de la habitación.
-Tranquila princesita, si cooperas nos va ir bien a ambos- Él hombre sonrió mientras desabrochaba los botones de su camiseta y le sonreía al pequeño en la cama.
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Sus sollozos se escuchaban por toda la habitación.
-Relájate, ni siquiera fue para tanto- habló aquel hombre mientras tiraba de su cinturón para ajustarlo y después acomodarse la camiseta blanca.
