Capítulo 27

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    Harry guardó el móvil en el bolsillo y empujó la puerta giratoria que permitía el paso al interior del edificio donde vivía el castaño. Acababa de enviarle un mensaje a Zayn para que le dijera a su madre que pasaría la tarde con sus amigos y dejarla así tranquila. Por supuesto, no era eso lo que pensaba hacer.

    El recibidor permanecía tal cual recordaba, con el suelo de mármol reluciendo como si lo acabaran de limpiar y los uniformados porteros deambulando por la habitación, a la espera de que alguien necesitase su ayuda.

    El rizado atravesó el vestíbulo con paso inseguro en dirección a los ascensores. Era la primera vez que iba allí solo y la atmósfera del lugar no estaba diseñada para resultar acogedora a los extraños. Una sombra escarlata se interpuso en su camino, sobresaltándole, con una amplia sonrisa decorando su rostro.

    -Bienvenido, Sr.Styles-saludó cortés- El Sr.Tomlinson nos solicitó que le facilitáramos el paso a su apartamento.

    Harry miró al portero, confundido por el recibimiento. No sabía que Louis le hubiera concedido libertad para ir a su casa cuando quisiera. El gesto no pasó desapercibido al hombre, que rio por lo bajo ante su reacción.

    -No se preocupe-le tranquilizó -, ya nos avisó de que usted no poseía aún las llaves, así que yo me encargaré de llamar al ascensor. Si es tan amable-añadió mientras indicaba con la mano que le acompañara.

    El muchacho obedeció a su guía, que le condujo hasta el elevador, abrió las rejas que hacían las veces de puerta y se apartó para dejarle pasar. En cuanto el ojiverde hubo entrado, se acercó al panel de latón que contenía los trece botones, cada uno de los cuales correspondiente a una planta, e introdujo una llave en la hendidura del último.

    Antes de que ascensor se pusiera en marcha, el portero salió de la cabina y se despidió del muchacho con un gesto de la mano. Harry respiró hondo y se preparó mentalmente para fingir normalidad ante el castaño. Debía impedir a toda costa que el brujo se enterar de que conocía los detalles del trato que había firmado con el demonio o el ojiazul se aseguraría de alejarlo de todo aquello y no podría ayudarle.

    El elevador se detuvo con suavidad y las dos puertas de madera que protegían el piso se deslizaron dentro de la pared, dejándole pasar.  Harry entró con paso vacilante en el apartamento y buscó la oscura figura del mayor. Lo encontró al fin, tumbado en un sofá, con un libro entre las manos.

    -¡Qué agradable sorpresa principito!-saludó sin volverse.

    -¿Cómo has sa…-comenzó el rizado, impresionado.

    -…bido que eras tú?-completó divertido el castaño-. Huele a ti-explicó, encogiéndose de hombros, sin despegar aún la vista del libro.

    -¿Cómo se supone que debo tomarme eso?-preguntó el ojiverde, fingiendo sentirse indignado.

    -Como un cumplido, por supuesto-respondió divertido el mayor, mirando por fin a Harry-. No es mi culpa tener un olfato de brujo.

    -Bueno, en parte sí-replicó el más joven, tratando de componer una sonrisa a pesar del apretado nudo que el comentario había formado en su estómago.

    Louis rio y se levantó sobre sus codos para besar al menor, que se sentó en un espacio libre del sofá.

    -Es un poco temprano para verte un viernes, ¿no?-dijo cuando se separaron, mientras acariciaba con cariño el cabello del rizado.

    -Tenías ganas de verte-explicó el otro a la vez que se formaba una traviesa sonrisa en su rostro- ¿O es que acaso habías planeado asaltarme cuando saliera por la noche con mis amigos? Para variar, digo.

Magic (Larry Stylinson) {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora