Papi ¿Jugamos? (R#2)

29. La cita con Sarah (1/2)

Termino haciendo lo que me dijo mi psicoanalista, es una tremenda estupidez, pero sino lo hago, dirá que no coopero. Hablé con Sarah, mi secretaria, ella siempre ha querido una cita conmigo, claramente le dejé en claro como era el asunto.

—Que loco psicoanalista —se ríe la morocha —¿Quién es la chica? —pregunta curiosa mientras entramos al restaurante.

—Alguien —no voy a decirle que es su prima.

—Okey, secreto secretoso —hace un juego de palabras y se ríe.

Comparar, comparar...

Tengo que comparar...

¿Diferencias? Es morocha y Celeste es castaña. Bueno, eso fue fácil.

No creo que esto me este llevando a algún lado.

Sarah se sienta y sonríe. Algo notable es, que aunque parece alegre, creo que Celeste lo demuestra más.

Pero ahora está enojada...
¡No es el punto!

—Me alegra que haya encontrado a alguien especial —acota mientras se prepara para comer —es triste verlo amargado.

Frunzo el ceño.

—Eso dice mi psicoanalista, no yo y no estoy amargado ¿Cuándo me viste así?

—Soy observadora y estudio psicología —se ríe.

—O sea que estoy en un aprieto —no lo vi venir.

—Igual no creo que su psicoanalista este en lo correcto, ¡Ojo! No cuestiono su profesionalidad, esta es mi opinión personal —levanta el dedo —. Usted tiene que preguntarse así mismo lo que realmente quiere, no pienso que deba seguir esta serie de pasos, pienso que debe enfrentarse a sus miedos.

Sonrío.

—¿Y que sugieres?

— Vaya a verla.

—¿A la chica? —pregunto confundido.

—No, a su esposa.

Quedo tildado un segundo.

—¿Qué?

—Vaya al cementerio Ian y despídase correctamente.