Reset。 ❘ Diabolik Lovers【Terminada】

↺» Tropiezo

–¿Quién me pasa la ensalada? –

–Agarrala tú Idol pedófilo. –

–Si pudiera la tomaría, ¿no crees? –dijo Kou con sarcasmo.

–Tsk, ¡fue tu culpa!  –

–¿Mi culpa? ¡Tu golpeaste mi hermoso rostro de un millón de dolares! –dijo Kou señalando su cara los brazos enyesados. – ¡Y mis brazos! ¡Me pregunto por que no te he demandado!

–Por idiota –intervino Ayato – Tú te lo buscaste teñido, ya no hagan escándalo y dejen comer.

–¡Ruki! – Kou miró a su hermano.

–¡YA! – Yukina se levantó por la ensalada y se la dio al rubio. – ¡Toma tu jodida ensalada y dejanos comer!

–Ya la escuchaste –dijo Ruki

– ;-; –

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–¿De dónde habrá caído esa cosa? –

–No lo sé –dijo Kou – No creo que eso hubiese sido un accidente... Lo único bueno es que no lastimé mi hermosa cara.

La limusina se detuvo y al bajar ya había 9 chicos esperando por Yukina y Kou... Aunque al último solo querían matarlo.

–Uy... no se tu pero yo correría –dijo Yukina y Kou empezó a correr, siendo perseguido por los chicos.

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–La verdad que si disfrute golpearte –dijo Subaru

–Todos lo disfrutamos –dijo Yuma – Y tu Azusa, no debiste meterte para que te golpearemos también .-.

–Tenía que... aprovechar el bug... –

–Pero como él dijo –dijo Reiji – No creo que lo del reflector fuese un accidente... Laito, Kanato, Ayato... Ahora más que nunca deben vigilar a Yukina en la escuela.

–Si quieres también por la noche cuando duerma~ –

–¡TEDDY NO QUIERE SER NIÑERA! –

–El salón de Azusa también está por donde el de Yukina. –dijo Ruki

–Yo... puedo cuidar... de Eva... –

–Tomando en cuenta sus comportamientos anteriores... Algo me dice que no cuidaran de ella. –dijo Reiji –Que remedio. Azusa tendrá que hacerlo.

–¿Y si Yukina quiere ir al baño? –

–Cierto... –dijo Ruki – Azusa, tendrás que vestirte de mujer.

-¿Qué...? –dijo Azusa – ¡No...!

–Ruki no mames ._. –dijo Yukina – Puedo ir sola.

–Entonces está decidido. También es mejor que no salgas de la mansión... –

–¿¡Qué!? –dijo Yukina – ¡Me niego! Ir por lo menos al lago es lo único que me saca del aburrimiento, ¡no puedes obligarme a quedarme aquí adentro!

–Si ella quiere salir que lo haga. –dijo Shu

–Tu cállate bueno para nada –dijo Reiji – Esto no te es de tu incumbencia.

–Incluso aunque le digas que no ella saldrá. –

–La bella durmiente tiene razón –dijo Yukina – Voy a hacer lo que yo quiera.

–¡Yukina! –

–¡Reiji! –

–Am... Bueno, ya casi es jora de irnos... ¿pueden discutir eso más tarde? –dijo Ayato cortando la tensión entre el azabache y la peli-coral.

–Esto no se quedará así, Reiji – Yukina se levantó de la silla y salió de la habitación. – ¡No me quedaré aquí encerrada!

–Ah... –dijo Reiji – ¿Estará en la etapa de la rebeldía?

–¿La qué? –

–Cambios de humor, hormonas alteradas... –dijo Ruki

–Debemos cuidar que ningún humano o vampiro se acerque a Yukina-chan... Y que ella no se fije en ninguno de ellos, ¿verdad Teddy? –

[...]

–Te la encargó, Azusa. –

–No te preocupes... Ruki... –

–Y tú, Yukina –dijo el mayor – No te metas en problemas.

–Me ofende que pienses que podría causar problemas. –dijo Yukina negando con la cabeza.

–Ayato... Laito... Kanato... Subaru... –dijo Reiji – Les digo lo mismo.

–¿Cuando hemos causado problemas, Reiji? –

–Cuando incendiaron la cocina, por ejemplo. Han sido tantas veces que perdí la cuenta. –

–Adiosito – Yukina se fue con Azusa y cada quien se marchó por su respectivo lado.

–¿Tú si entras a clases, Azusa? –

–Aveces... Otras... voy al baño... a hablar con Justin... –

–Eh... ¿Quién es Justin? –

–¡¿ALGUIEN DIJO JUSTIN?! –

-¡¿JUSTIN?! ¡¿DÓNDE?! -

–¡BABY, BABY, BABY OOOOH! –

Un grupo de chicas corrió paranoicamente hacia todos lados.

–Okey... Eso fue raro –dijo Yukina – Entonces quién es... Ya sabes.

–Es... una de... mis heridas... –

–¿Cómo? –preguntó Yukina – ¿Te lastimaste en algún lado?

–Eva... cuidado... –

–¡Ah! – Yukina había tropezado con alguien. Ésta cayó al suelo, y solo escuchó un quejido de parte de la persona con la que chocó. – L-lo siento, no me fij...

Cuando alzó la vista, el chico con el que tropezó le estaba extendiendo la mano para ayudarla a levantarse.

–No te preocupes, fui yo el que no prestaba atención... –dijo el de ojos azules – ¿Estás bien?

–E-eh.. Sí, no te preocupes... – Yukina se dio cuenta que aún seguía en el suelo y peor aún, el chico aún extendía su mano hacia ella. Ruborizada aceptó su ayuda y logró ponerse de pie.

–Me alegra escuchar eso. –

–Ah... jaja... –

Azusa, quien sólo observaba decidió interponerse.

–Eva... es hora... de ir a clases... –

–¡A-ah! – La peli-coral salió de su trance. – E-este, gracias por ayudarme... Y lo siento... N-nos vemos.

El chico sonrió y al igual que Yukina, se marchó. Ese día la peli-coral llegó a tarde de nuevo y recibió tarea extra por estar en las “nubes” durante toda la clase.

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