LP2: Capítulo 7: El hijo panda y la novia fauno. Mi bella familia.

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El sonido de la lluvia provocó que el fauno abriese sus ojos lentamente, podía sentir la calidez que provenía del cuerpo de Yang, quien la abrazaba por detrás. El fauno se giró con cuidado para quedar frente a ella, cuando el tigre dormía se veía muy tranquila e indefensa, a diferencia de cuando andaba despierta, inquieta y tratando de resolverlo todo tan rápido como podía. Blake llevó una de sus manos a la mejilla de Yang para acariciarla con suavidad de arriba abajo con las yemas de sus dedos; acercó su rostro y besó la frente de la rubia. Volvió a quedarse dormida mientras escuchaba las ligeras gotas que golpeaban el techo y sintiendo la cálida sensación de su tigre, que continuaba abrazándola.

Al rato, Yang abrió los ojos y se encontró con el dormido rostro del fauno, sacándole una sonrisa. Acercó el rostro y frotó con suavidad su frente a la de Blake, como los tigres suelen hacer con sus crías para mostrar cariño. Sintió que algo jalaba el cubrecama detrás de ella, giró el rostro y rio un poco por lo bajo al ver al pequeño panda haciendo fuerza sobrehumana para subir.

Yang: Vas a despertar a la gatita –le susurra. Corre un poco el cubrecama y el panda comienza a ingresar debajo de éstas, acurrucándose al lado del tigre.

Estaba comenzando a helar en la casa, la chimenea se había apagado y seguro el fauno iba a despertar con mucha hambre.

Acomodó al panda al lado de Blake y se puso de pie para hacer algo de comer.

El aroma a comida despertó inmediatamente al fauno, se giró buscando a Yang pero sólo se encontró con una pequeña cosa peluda.

Blake: Por un momento pensé que ya estabas en un horno.

Yang: Oye, no voy a comerme a esa cosa fea –sonríe.

Habían dormido en la cocina, frente a la chimenea que la rubia volvió a encender con unas cuantas maderas.

Blake: Vaya, huele bien Yang –gira el rostro para mirar a su cocinera- Pensé que no sabías cocinar.

Yang: Nada que las recetas detrás del empaque no arreglen –ríe un poco.

Blake: Por un momento pensé que tenías poderes nuevos.

Yang: Na, sólo sé leer. No había leche ni carne y mucho menos salsa. Pero si huevos para acompañar la polenta –golpea el cucharón en la orilla de la olla para quitar las sobras e ir a sentarse junto al fauno- ¿Cómo has amanecido amor? –coloca una de sus manos en la mejilla de la sonrojada muchacha.

Era la primera vez que Yang le decía "amor", por lo que se quedó un tanto en blanco.

Blake: ¿Y-yo? –responde titubeando y con torpeza.

Yang: Jaja No... el panda, Blake –le sonríe con ternura.

Blake: P-pues... -se gira para verificar, pero la rubia toma su rostro con delicadeza y vuelve a girarla para besarla.

Yang: Me refiero a ti, gatita –besa su frente.

Blake: Ah-pues-yo...

Yang: ¿Estas nerviosa? –sonríe y la mira sorprendida.

Blake: No te burles –pone puchero y gira el rostro.

Yang: No me burlo gatita, no te enojes –se recuesta a su lado y le besa la mejilla- Sólo que después de lo de anoche pensé que este tipo de cosas ya no te afectarían tanto.

Blake seguía sonrojada, el sólo recordar ese momento tan hermoso junto a la persona que más amaba, la hizo girarse para sonreírle.

Blake: Fue muy lindo... Pero supongo que seguirás sonrojándome con cada cosa que hagas o digas.

La Plaga -Finalizada-Where stories live. Discover now