Capítulo 18: Lo que realmente importa.

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Blake pasó la noche en la cabaña de la familia de Yang, aunque no pegó un ojo en toda la noche. Le costaba ver a la rubia en la otra cama, tan cerca y lejos de ella a la vez... Al amanecer, le costó levantarse e ir a desayunar.

Yang: Cielos... ¿Qué te ocurrió? ¿No dormiste bien? –indaga ingresando a la cocina mientras busca una taza y mira el semblante fantasmal de su compañera.

Blake: No pude descansar... -suspira pesado y toma un sorbo de leche.

Yang: Mmm... Lo que te haya pasado debe estar afectado a tu sueño también –se apoya en la mesada de mármol, colocándose de frente para observar al fauno.

La pelinegro gira el rostro para evitar el cruce de miradas y sólo responde un "puede ser". El tigre levanta los hombros al no comprenderla bien y continúa con su tarea de preparar su desayuno, luego se sienta en la mesa para leer unos recibos que habían llegado.

Blake continuaba con la mirada baja, comenzaba a afectarle el no poder acercarse a Yang... Decirle que la amaba, abrazarla, consentirla, que le dedicara sus sonrisas traviesas y miradas profundas. ¿Cómo podía ser que le costase? Sólo había pasado un día y ya extrañaba sus caricias... Le estaba costando aceptar el hecho de que ahora su realidad, era que la persona con la que pintó torpemente la pared dos días atrás, la había olvidado por completo...

Yang: H-hey... ¿Estás bien? –indaga preocupada, dejando la taza sobre la mesa para mirar con atención a la pelinegro, que parecía sorprendida ante las lágrimas que habían comenzado a caer por sus mejillas.

Blake se lleva una mano al rostro, le tiembla un poco al notar que estaba llorando y asiente unas tres veces. El tigre coloca un rostro comprensivo y suspira corto, poniéndose de pie para llevar su taza a lavar.

Yang: ¿Te han llevado en moto alguna vez, Blake?

Blake: N-no... -responde, mientras se limpia los ojos con sus muñecas.

Yang: ¡Bien! Hoy andarás en una –le guiña un ojo, se acerca a ella para tomar su taza y llevarla a lavabo.

Blake: ¿Q-qué?

Yang: No es la súper moto, pero te aseguro que te encantará –vuelve hasta ella y le pasa una servilleta, jalándola del brazo- Anda, yo te llevaré.

Blake: P-pero nunca me he subido a una. Te complicaré las cosas –se limpia el rostro mientras se pone de pie y sigue a la rubia.

Yang: No digas eso –ríe entre dientes y abre la puerta.

White: ¿A dónde van jovencitas? –asoma la cabeza por la pared del pasillo.

Yang: Llevaré a Blake a dar una vuelta, prometo no romper nada –sonríe inocente.

Su madre suspira con una sonrisa y le levanta el pulgar.

Yang: ¡Gracias ma, te adoro! –se despide levantando su mano y jala a su compañera hacia fuera.

La rubia sacó del establo una moto negra con unas pequeñas líneas amarillas, no era muy grande pero tampoco se veía mal. Le pasó un casco a su compañera, quien aún dudaba en subir y con un acto que la sonrojó de pie a cabeza, aceptó subirse; no le quedaba de otra: Yang la alzó por detrás y la colocó en el asiento correspondiente.

Yang: ¿Lista? –indaga mientras abrocha el seguro de su casco.

Blake: N-no –responde sujetándose de donde podía.

Yang: Debes agarrarte de mí cintura, sino terminarás en el suelo –ríe un poco.

Blake: ¡¿Q-qué?!

La Plaga -Finalizada-Where stories live. Discover now