Capítulo 3: Pasado

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Al amanecer el cielo seguía con sus nubes negras y el aire soplaba frío constantemente. Las chicas decidieron dejar su escondite cuando el agua bajó y tranquilizó para rondar por la destrozada ciudad en busca de algo para comer, ambas eran vagabundas ahora.

Blake: ¿Hacia dónde queda el lugar en el que tú amigo ira?

Yang: Detrás de aquellas montañas -señala.

Blake: Está bastante lejos...

Yang: No me esperaba un terremoto acompañado del tsunami...

Mientras caminaban en busca de alguna casa vacía para intentar tomar algo, Blake miraba hacia abajo, el ver a las personas muertas o caminando sin rumbo le hacía daño; Yang la mira de reojo y trata de cambiar el ambiente.

Yang: ¿Cuál es tu sueño?

A su acompañante la toma desprevenida su pregunta y se queda mirándola.

Yang: Claro, quiero decir, ¿qué te gustaría cumplir antes de morir?

Blake: Ah... Pues... aun no tengo definido el qué...

Yang: Ya veo...

Blake: ¿Y tú?

Yang: Correr en un enorme prado verde -levanta las manos y cierra los puños.

Blake: ¿Eh? Haha... Pensé que sería algo más como... Ser una guerrera que comande algún grupo de faunos -ríe un poco.

Yang: Na. Soy más sensible de lo que parezco -le guiña un ojo.

Blake vuelve a reír y se lleva una de sus manos a la boca para evitar una carcajada.

Yang: Hey, eso es malvado de tu parte. Ahora ya no voy a querer verme fortachona -ríe con ella.

Blake: Me lo debes, tú empezaste anoche -sonríe sin quitar su mano de la boca.

Yang: Jaja ¿Sí? No sabía que había comenzado una guerra contigo.

Luego de unas cuantas risas Yang vuelve a mirarla de reojo, Blake nota sus miradas constantes y la mira de la misma manera.

Blake: ¿Pasa algo?

Yang: No es nada, sólo que me gusta más cuando ríes.

Cuando Blake cae en las intenciones de Yang de hace rato por levantarle el ánimo se sonroja levemente y gira el rostro.

Al cabo de un rato, logran encontrar una casa abandonada que no había sido destruido por completo. Cuando ingresan, se disponen a buscar alimentos y algunas botellas para llenar con agua. Mientras buscaban juntas en uno de los cajones de la cocina Blake saca una barra de chocolate y sonríe.

Blake: ¡Mira, es la marca que te gusta a ti! -se la pasa sonriente, pero al notar lo que había dicho gira la cabeza rápidamente y deja la barra sobre la mesada.

Yang se queda mirándola atentamente y la toma de la muñeca.

Yang: ¿Cómo sabes eso?

Blake: Sólo... se me pasó por la cabeza.

Yang: Blake...

La peli negro suspira y gira el rostro.

Blake: Es... vergonzoso de contar...

Yang: ¿Has estado espiándome?

Blake no hace ningún gesto, sólo se queda mirando hacia otro lado.

Yang: ¿Lo has estado haciendo? ¿En serio? -pregunta confundida.

Blake: Tenía curiosidad... Fuiste la primer persona que no intentó matarme, quería descubrir el por qué.

Yang suspira y le suelta la muñeca.

Yang: Eres macabra, espero que no me hayas espiado en el baño -le hace una pequeña sonrisa pícara.

Blake: ¿E-eh? ¡N-no! -responde nerviosa.

Yang: ¿Y por qué terminaste en ese circo? -indaga mientras saca una bolsa de arroz.

Blake: Un... descuido mío... Caí en una trampa que se encontraba en el bosque.

Yang: Pero Blake, ¿por qué no te fuiste a la zona de los faunas? Ibas a estar segura ahí... -apoya sus manos en la mesada.

Blake no responde nada, sólo se queda mirando hacia abajo con la mirada triste.

Yang: ¿Te quedaste sólo porque querías espiarme...?

Blake: ¿Es malo... interesarse en alguien?

Yang: N-no... pero...

Yang se lleva una de sus manos a la frente, intentando comprenderla.

Blake: Siempre he sido algo extraña, diferente a los demás de mi grupo. Andaba sola e intentaba arreglármelas sola... Cuando incendiaron mi pueblo yo me salvé por el simple hecho de ser una incompetente que se escapaba cuando quería e iba donde se le antojaba en los horarios que se me pasaban por la cabeza. No quería estar encerrada... 

Yang coloca un rostro nostálgico y posa su mano sobre la de ella, dejándola sobre la mesa de mármol.

Yang: El ser así te salvó la vida... Te hizo tropezar conmigo y despertarme de una terrible amargura, evitaste que cometiera algo estúpido ese día... cuando te vi -mira hacia abajo sin girar el rostro.

Blake tenía los ojos cristalinos por la bronca pero las palabras de Yang comenzaron a ocupar sus pensamientos e hizo que girara el rostro para verle.

Yang: Suena tonto, pero yo no estaría aquí si tu no hubieses chocado conmigo ese día -le brinda una pequeña sonrisa cargada de dolor, luego se arrima un poco para colocar suavemente su frente en el hombro de Blake-Gracias...

Blake, lentamente comienza a abrazarla con delicadeza. 

Ambas se quedaron en la casa un rato charlando de varias cosas, compartiendo varios sucesos, buenos y malos. Charlas pasadas o pensamientos presentes. Al terminar de recolectar alimento y botellas con agua, colocaron todo en el bolso y salieron fuera. Para sorpresa de las dos, copos de nieve comenzaron a caer, guiados por una suave brisa. Yang siente un escalofrío y estornuda.

Blake: Te dije que hacía frío -sonríe mientras le coloca el abrigo en la cabeza.

Yang: ¡Hey! Que maternal -dice en tono bromista acomodándose el abrigo-Gracias, ya sabes, testaruda presente-se señala riendo.

Blake: Jaja si, soy muy maternal cuando me lo propongo -le da un pequeño empujón.

Les esperaba un largo y frío recorrido hasta las montañas que buscaban.

Continuará.

La Plaga -Finalizada-Where stories live. Discover now