Capítulo 15: Pastiche.

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Viernes 24 de Noviembre de 2017:


- Liam -


El último día de clase empezó y terminó sin que le llegase ninguna nota. Se fue a su casa muy triste, con la firme creencia de que él había sido motivo de risa para la chica de sus notas. Tal vez ella ni existía, seguramente había sido el curso entero el que le escribía para burlarse de su joven profesor. Si, eso debía de ser. Todo era una farsa.

Se habían burlado a costa de sus reacciones a las estúpidas notas. ¿Cómo había podido ser tan imbécil? 

El viernes siguiente tenía la graduación de esos chicos, la última oportunidad para verlos. 

Ya tenía el traje y la tarjeta. Pero ahora ya no pensaba ir. No iba a permitir que lo humillaran frente a todo el mundo.


De repente se hallaba paranoico, estaba seguro de que habían filmado sus reacciones y de que las iban a mostrar frente a todos. Pero que tonto había sido de creer todo aquello, era todo tan obvio. 

No iba a permitir que se burlaran de él. No frente a todo el mundo.

Eso jamás iba a pasar.


El día llego y terminó. Pero Liam jamás apareció en la fiesta. 

Él no sabía cuan equivocado estaba. 


 "A veces la vida te juega malas pasadas."




Viernes 01 de Diciembre de 2017:


- Alya - 

-Aly ¿Qué pasa? - le dijo Brenda al verla sentada llorando. Eso no era habitual, en lo absoluto. ¿Alya llorando frente a todos y en una fiesta?

-No vino - susurró llorosa, sin darse cuenta de lo que decía. Brenda no tenía ni idea de sus sentimientos por Liam, jamás había confiado tanto en ella como para contárselo. Solo Esmeralda y Karen eran sus fieles confidentes. Sus demás amigos no tenían ni idea. 

-¿Quién no vino? - esta miró a todos lados, pero el curso entero estaba ahí. Eso la confundió. ¿Cuánto había bebido Alya?

-Nada, nadie. No importa. - Respondió limpiándose las lágrimas y levantando el rostro. Y ahí aparecía, la Alya fuerte. La que superaba cualquier cosa y jamás era vulnerable frente a la gente. 

La noche pasó, bailó con todo el mundo, y trató de quitarse a Liam de la cabeza con muchos y muchos cc de tequila.

Y lo logró. Hasta que Daphne se cruzó en su camino y se acordó de nuevo de él. 


-Perra - 

-¿Perdón? - dijo Daphne notando el insulto, se notaba ebria también, pero ni cerca de estar en el mismo estado que Alya. -¿Estás segura que yo soy la perra acá?

-Esto es tu jodida culpa. Él no vino por tu culpa. - estaba furiosa, la odiaba tanto, que casi podía sentir las llamas de su interior, en ese momento, encendidas a tope.

-Querrás decir tu culpa. Si Liam no vino es porque tiene una acosadora insinuándosele como la prostituta que es - No sabía que contestarle. Tal vez Daphne tenía razón y era su culpa. Pero se negaba a aceptarlo. Y jamás le daría la razón.


-Mmmm... - le murmuró examinándola de pies a cabeza. Necesitaba hacer algo. Así que hizo lo que mejor le salía - lindo vestido Daph - y le regalo una sonrisa burlona, al tiempo que la rebajaba como solía hacerlo diariamente. Sabía que esto podía lastimarla mejor que cualquier insulto. Ella siempre se había considerado una buena lectoras de almas, sabía que puntos tocar cuando necesitaba lastimar a alguien. Y Daphne era como un conejito, tan vulnerable ante todos, tan simple. Los años le habían enseñado a sobrevivir en su entorno. En la vida se debía ser el más fuerte de la cadena, y eso era Alya.


Y luego de que lo hizo, sonrió victoriosa. Ahí estaba, esa mirada de Daphne que tanto placer le generaba. Le tiró un beso, para luego retirarse aún sonriendo. Esto la había hecho sentir mejor, mucho mejor. Ella se lo merecía, por meterse en su vida y amenazarla.


Luego de la gran fiesta, todos los egresados se retiraron a un boliche cercano. Esta era su última oportunidad de estar todos juntos, así que iban a bailar hasta que les doliesen los pies. 



 "No todos son lo que parecen."




Sábado 02 de Diciembre de 2017. (3:00 a.m. Aproximadamente):


- Joan - 


Había intentado en vano convencer a Liam de salir, el muy imbécil estaba tirado y deprimido en la cama como si fuese una quinceañera a la cual su novio le ha dejado.

- Esperó no te suicides con el helado en tu noche de sábado tan divertida - esto quedó retumbando en la casa cuando J salió por la puerta.


Así que no tuvo más remedio que llamar a Gustavo, ese amigo fiestero que nunca decía que no y salir con él. 

Terminaron en un bar, pero luego de 1 hora se encontraban aburridos de muerte. Así que Gus propuso ir a algún boliche, cosa que J acepto sin dudar. En el bar no había una sola mujer que llamara su atención y esto le disgustaba de sobre manera.  

Y luego de una hora en el boliche se hallaba de igual manera. Aburridos. Estuvo apunto de irse, hasta que la vio. 

¿Si eso no era el destino, qué era?

Estaba preciosa, su sola presencia daba vida a ese lugar.

Se tomo de un solo trago todo lo que le quedaba en el vaso, sin dejar de mirarla ni por un segundo, y tomo coraje. 

Dio un paso y ya estaba decidido. Hoy le iba a hablar. Hoy iba a ser el día en el que tendría el valor suficiente para hablarle, ya no pensaba aguantar ni un segundo más conformándose con verla solo desde lejos.

Estaba más que seguro, este era el destino entregándole a la chica de sus sueños. 


"Carpe Diem."







Querido profesor: ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora