Capítulo 3. (BW2)

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Esta canción es akakalakd.

Agarre la camiseta de Liam del suelo y me la puse, amaba su olor. Sonreí recordando la noche anterior, él simplemente podía hacerme tan feliz con tan solo mirarme, me alegro de que las cosas hayan cambiado estos años, pero cuando vi de nuevo a Theo, todas las sensaciones vividas con él volvieron y no puedo dejar de sentirme culpable por callarme que él volvió, por sentir de nuevo las cosas que él me hacia sentir anteriormente con tan solo mirarme, no puedo imaginar que pasaría si el me besará..

Aparte esa idea de la cabeza, eso nunca iba a volver a pasar, no podía hacerle eso a Liam y menos hacerme eso a mí.

Camine a la cocina y agarre la botella de leche y encendí la cafetera.

— Danna. — escuché mi nombre en un murmuró que hizo que algo de leche cayera a la encimera debido al saltó que pegue debido al susto.

Mire a los lados y Liam no estaba, quizás era un produc...

— En el jardín. — escuché de nuevo esa voz que hacía que mi piel estremeciera.

Tragué fuerte y deje las tazas de leche junto a los gofres en la mesa de la cocina.

— Danna. — y de nuevo ese murmuró. Tenía dos opciones. Una, correr hacía Liam, la segunda ir al jardín y ver quien es. Y como no, la curiosidad me ganó.

Lleve varias manos a mi rostro y suspiré, convencida de hacerlo, tampoco podría ser nadie peligroso.. ¿verdad?.

Abrí la puerta del jardín despacio, con miedo de encontrarme a alguien justo en frente mía, pero no. La abrí completamente y di varios pasos hacía delante, pero seguía sin ver a nadie.

Suspiré aliviada, no había....

— Te dije que nos volveríamos a ver. — dijo Theo en mi oído, una vez que me empujó hacía la pared. — Parece que él y tú habéis estado haciendo cosas. — dice mientras miraba mi cuerpo de abajo a arriba. — Pero yo fui el primero.

Trague de nuevo.

Él simplemente me ponía nerviosa, no sabía cual sería su siguiente paso.

— Tranquilízate, no voy a hacerte nada malo, sabes que yo nunca te haría daño. — susurro para que Liam no escuchara nada ya que la puerta del baño se había abierto.

— Permíteme que me ría respecto a ese comentario. — él frunció el ceño. — Millones de veces me dijiste eso, y siempre acababa peor.

Su mandíbula se tensó y por mucho que me cueste admitir, eso le hacía más atractivo.

— ¿Por qué crees que me fui? Por ti, por tu bien, sabía que ibas a estar mejor sin mi, y al parecer tenía razón. 

Baje la mirada, no sabía que responder, él no debería de estar aquí, tan cerca mía. Theo agarro delicadamente mi barbilla y la levanto lentamente, haciendo que mi mirada se fije en la suya, tan profunda.

— Haré todo lo posible para que la próxima vez que tengas una camiseta de algún chico, sea la mía. Y haré lo posible para que siempre sea la mía. — dijo muy serio, sin ninguna expresión en su rostro mientras me miraba fijamente, haciendo que de alguna manera, sus palabras se clavaran más en mi corazón, haciendo que una parte de mía le crea.

Mi corazón no paraba de latir rápido cuando sus ojos se desviaban a mis labios, y su mandíbula se tensaba.

— No entiendo por que me estás haciendo esto, dos meses antes de mi boda. — él esbozó una sonrisa.

— Por que no quiero que te casees con él ni con nadie que no sea yo.

— Permiteme que me ría, por segunda vez. — rodeé los ojos.

Él quito sus manos de la pared blanca, al los lados de mi cabeza que hacía que me sintiera acorralada. Suspiro y peino su pelo con fuerza.

— No sé que más hacer para que me creas. — dijo derrotado.

Di un paso hacía delante, valiente.

— ¿Te piensas qué apareciendo aquí, en la casa de mi próximo marido y la mía, pidiendo perdón harás que vuelva a ti tan fácilmente? Me has perdido, Theo, asúmelo y todo esto a ocurrido por tu estúpida idea de querer protegerme o evitar hacerme daño cuando te fuiste de aquí, cuando en realidad me rompiste en mil pedazos cuando ya no te veía a mi lado. Asúmelo de una vez por todas y lárgate de mi vida como hiciste hace cinco años, gracias a ti pude ver una buena vida sin ti. — termine y respire de nuevo, dando aire a mis pulmones.

Theo frunció el ceño dolido, bajo su ahora cristalina mirada y me miró con dolor con sus ojos mientras una lágrima caía de ellos. Mi corazón se paró por instantes.

— No sabes cuanto lo siento. — susurro en un hilo de voz.

Él se encontraba tan vulnerable ahora mismo, tan frágil, tan débil.

— No me rendiré. — limpio sus lágrimas con rabia. — No me rendiré contigo por que sé que me sigue queriendo de la forma en que yo lo hago. — se acerco a mí, agarro mi cara con sus dos manos y beso mi mejilla suavemente para después irse.

Bad Wolf. « theo raeken » EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora