"En mi cama."

Annabeth enrojeció. Sabía que no tenía nada de malo, sin embargo, si James se enteraba que el arete perdido se encontraba en la cama de Percy... No le caería muy bien.

"Oh."

El resto del camino Percy habló sobre su amigo Grover, que iría a pasar el fin de semana en su casa porque el lunes y el martes no tendrían clases.

"Podríamos salir todos a los bolos, o mamá dijo que podríamos reunirnos en casa y que ella prepararía algo, pero no quiero llenarla de estrés así que podríamos pedir pizza y ver películas o..."

"¡Shh! Entendí, entendí. Le diré a los chicos, ¿Los de siempre, no?"

Él asintió.

"También invita a James. Entre más, mejor. Aunque espero que no le moleste estar rodeado de adolescentes un sábado por la noche."

Ella negó con la cabeza.

"Él no es así..."

Llegaron y sonó la campana. Los dos tomaron sus respectivos caminos.

...

"Percy nos invitó a su casa el sábado" Mencionó, cuando todos sus amigos estaban sentados a su alrededor.

"¿Cómo así? Siempre es él el que se mete a nuestras reuniones." Bromeó Piper, mientras tomaba de la mano a Jason y se acurrucaba en su hombro. Jason enrojeció. Annabeth sabía que no le gustaban las muestras de afecto en público, sin embargo, por ella lo hacía.

"Un amigo de la infancia lo visita y quiere hacerlo sentir en casa, o algo así."

"Cuenta con nosotros." Respondió Leo.

...

"No olviden la investigación sobre los Padres Fundadores de Estados Unidos. No están en octavo grado, así que espero algo decente. Recuerden citar toda la información que encuentren, justificar el documento, y seguir las normas APA. La quiero en mi escritorio para el Miércoles, hasta la una en punto de la tarde. Ni un minuto más." Sonó la campana con la última indicación del Sr. Lowyard.

Con el sonido de esa campana se acababa oficialmente el lunes. Annabeth se recostó en la mesa y soltó un profundo suspiro. Sentía sus párpados pesados.

"Annabeth, Percy te está esperando." Susurró Leo, como si fuera un secreto de Estado.

Annabeth recogió sus cosas, y agradeció haber guardado el libro tan pesado que cargaba hace dos periodos. Se dirigió hacia la puerta, donde la esperaba el chico de ojos verde mar.

"Vamos, tu madre me invitó a almorzar y tengo que cumplir la promesa que le hice a tus hermanos." La rodeó con los brazos. Olía a colonia y vainilla. Vania.

"¿Tuviste entrenamiento hoy?"

Él asintió.

"Sí, fue sorpresa o algo así. Se acercan las competencias, y el entrenador nos está exigiendo más que antes."

Annabeth notó una mancha negra en la mano que lo rodeaba.

V.

"Veo que Vania marcó su territorio, ¿uh?"

Él soltó una risa profunda y suave. Annabeth respiró fuerte.

"Estuvo durante el entrenamiento. También me llevó algo de comida, aunque el entrenador no permitió que se acercara hasta que este finalizó. Al final comimos juntos y ella marcó su territorio." Hizo comillas con los dedos. "La hubiese acompañado a su casa, pero insistió en que se iría con Chelsea, así que la dejé y estoy aquí contigo."

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