Seis

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Annabeth sacudió su cabello y lo ató en una coleta. Se revisó al espejo por última vez, mirando si estaba correctamente maquillada.

Ahora, no lo malentiendan. Annabeth no era de las chicas que morían si no iban maquilladas al colegio, pero a veces, cuando tenía tiempo libre, probaba con máscara para pestañas, o labial. Era divertido para ella.

Y hoy era uno de esos días; aplicó máscara de pestañas por allí, y un poco de corrector por allá; se había quedado hasta tarde leyendo y sus ojos la delataban.

Guardó todo y recogió su mochila, no sin antes darle una última mirada al cuadro que colgaba encima de su cama: Una explosión de tonos azules y grises que chocaban en el centro, en una mezcla de amarillos y naranjas que Annabeth creía casi mágicos.

El cuadro hacía que pensara en el acertijo; al fin y al cabo, sin aquel cuadro le hubiera sido imposible crearlo.

La chica suspiró y revisó su aspecto por tercera vez en esa mañana, tomó sus llaves y salió de casa.

La mañana era fría, lo que hizo que Annabeth apretara la bufanda naranja que llevaba ese día, aquella que su madre le había obsequiado cuando tenía quince. A penas había amanecido, por lo que el cielo aún conservaba pequeñas pinceladas de azul y violeta que parecían luchar contra el amarillo naciente del sol de esa mañana.

Al frente de su casa estaba estacionado el auto de Jason Grace, y al verlo, el corazón de Annabeth palpitó tan fuerte que pensó que probablemente tendría un ataque al corazón.

Ella apartó la mirada, no sin antes ver una mancha negra saliendo de la puerta principal.

...

Percy negó con la cabeza.

"Ni loco, Jason Grace." respondió el chico, tomando su maleta.

"¡Por favor! Yo nunca te pido nada, Jackson, cúmpleme este único deseo."

"¡Pero ella no me gusta! Además, hay una pelirroja en mi clase de biología..." El chico se encogió de hombros. Aún no sabía su nombre, pero la chica era inteligente; le iba muy bien en biología. Percy se perdía entre sus cabellos rojizos, que para él eran como pequeñas llamas escurriéndose por su espalda.

El rubio negó con la cabeza. Al parecer, iba a perder una pizza, y él no podía permitirlo.

"No será una cita, lo prometo."

El chico de ojos verdes suspiró mientras tomaba sus llaves y salía hacia el auto de su amigo. La mañana era helada, tanto que cuando salió sintió como la brisa congelaba sus huesos. Él no era amante del frío ni de las mañanas.

Jason no podía decir nada para convencer a Percy de salir con Annabeth Chase. ¿Era ella simpática? Sí. ¿Bonita? También.

Pero no era su tipo en lo absoluto.

"Vamos, hermano... Piper no vendrá sin Annabeth. Por favor, ¿qué tengo que hacer?" Interrogó una última vez el rubio, tomando el asiento del piloto y encendiendo el auto, mientras ajustaba la calefacción al máximo. A él tampoco le agradaba el frío.

Percy soltó un suspiro mientras tomaba el asiento del copiloto, junto a su amigo. Tenían que recoger a Leo, el amigo de Jason, al cual Percy había conocido en raras circunstancias.

Para Percy, derramar una bebida encima de alguien que no conoces no es la manera correcta de presentarse.

Leo era a penas un año menor que ellos, de baja estatura, y tenía ese acento latino que hacía que a veces fuera difícil entenderlo. Sin embargo a Percy el chico le había agradado desde el primer momento; con sus facciones de duendecillo y su sonrisa de niño travieso, aquel chico podría hacer que tu ánimo cambiara, así sea para bien o para mal.

"Tomaré tu silencio como un sí." Continuó Jason, quien miraba hacia al frente mientras conducía.

Percy soltó un suspiro exagerado.

"A veces me pregunto por qué soy demasiado bueno contigo, Grace."

"Porque no podrías vivir sin mi, Perseus."

Los dos chicos soltaron una carcajada que llenó todo el auto.

Percy se fijó en la chica rubia que caminaba en la acera; llevaba audífonos y parecía como si no perteneciera a su mundo. Annabeth Chase.

La dejaron atrás y Percy se preguntó qué tenía esa chica que podía hacer que todos los chicos se volvieran locos.

"¿No te intriga el desafío, Jackson?" Prosiguió Jason.

Percy negó energéticamente con la cabeza, mientras sacaba su libro de biología. Hoy había una prueba y no quería quedar mal frente a la chica de cabellos color atardecer.


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Capítulo dedicado a terrasensqueen, que nunca lee fanfics de PJ, pero se tomó la molestia de leer todas mis obras. ¡Gracias!


Buena vibra, 

Nic. 

The Code Where stories live. Discover now