Capítulo 15: No sé

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Entonces la ví; me quedé alelado, con una cara de atontado que no parecía yo, ella venía hacia la puerta donde estaba yo con una rosa empapada por la lluvia en una mano y unos bombones en la otra, andaba despreocupada, segura de sí misma, se agitó el pelo y derrepente miró al frente, me vió, ahí, de pie bajo la lluvia, la gotas de lluvia caían en mi pelo e iban humedeciendo el pelo y bajando por mi frente hasta  que caían, a mí personalmente me encanta la lluvia y no me importaba mojarme.
Una vez me vió su expresión dió un giro de 180 grados, puso una cara de asco y sus cejas se inclinaron dando a entender que estaba enfadada.
-Que quieres Álvaro.
-Vic... Vic..
Joder que guapa era, y que don tenía para dejar sin habla a la gente en los peores momentos, como odiaba esa personalidad tan independiente y perfecta...
-Victoria te traigo esto, se que es una chorrada pero quería pedirte perdón
Una sonrisa se le apareció como difuminada en su cara pero manteniendo su fria expresión, aunque no estoy seguro de si fue una sonrisa...
- Después de lo que me has hecho, de la humillación pública que he sufrido, de lo que he llorado, de lo que te he odiado y de todo en general, ¿De verdad crees que te voy a perdonar por que me traigas unos bombones baratos y una rosa despeluchada?
- Dijo con un tono cortante, en parte tenía razón, me había callado la boca
- Victoria, yo ya no se que más hacer, te quiero y me arrepiento de lo que he hecho, sé que no es suficiente, pero también sé que yo ahora, imaginarme una vida sin tí me mata que eres mi vida en sí...
Ví que ella estaba tan cerca de mí que casí podía rozar sus labios y ví que se estaba mojando.
- Te estas mojando... -le dije
- Lo sé, adoro la lluvia.
Otra cosa que la hacía más perfecta joder, adora la lluvia, acerqué mi boca a sus labios y le susurré:
-Otra cosa que te hace aún más perfecta, después me alejé lentamente de su oreja mientras el costado de mis labios rozaba su mejilla, y me paré a la altura de los suyos, no sabía si besarla o no, mis labios estaban empapados por la lluvia y los suyos también era el momento perfecto, pero sin embargo no lo hice, no lo consideré oportuno.
- Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer.
Cogió la rosa y los bombones y se alejó; y ahí me quedé yo con la misma cara de tonto con la que había venido.
-Victoria Yo... yo no sé si...

Una Perfecta DesconocidaWhere stories live. Discover now