Capítulo 2: Afrodita

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Por donde iba... ¡Ah sí!.
Ella era tan: guapa, no me lo podía creer, ¿Que tipo de belleza era aquella? No era de este planeta, estaba claro, tenía que ser una hija de afrodita; no había otra explicación, todo empezaba en ese precioso pelo que asomaba tímidamente, que caía como una cascada de chocolate negro puro, era un color marrón oscuro intenso, que estaba tan liso como la mar un día de calma, y es gracioso que diga esto dado que sus ojos eran del color del mar, mostrando pues su belleza pero también su respeto, y dejando que pensar a cerca de su personalidad, brillaban como la luna llena, emocinaban como una peli de aventuras... agg aventuras, es lo unico que podía pensar en hacer con ella, mil y una aventuras.... Después estaba aquella chiquitita pero preciosa nariz, cada detalle de su pequeña carita estaba tan o más cuidado que un cuadro en un museo, y ya cuando baje lentamente la mirada vi una preciosa sonrisa tan perfecta como la creadora de ella, un semicirculo perfecto que dejaban al descubierto unos preciosos dientes blancos como el marfil. Cada detalle, cada curva, cada arruga, cada imperfección de su cara era taaaan perfecta, era todo lo que yo andaba buscando, ¿sabeis lo que es tener un amor platónico? Bien pues ese era el mío, tan cerca y a la vez tan lejos de poder ser mía, de que yo pudiera siquiera tocar su cuidada y suave piel, sabía que era suave, no preguntes porqué, tenía que serlo, comencé a imaginarme como sería su personalidad, pero no me valía con la imaginación, necesitaba más, y eso hice, decidí preguntarla cosas que me gustaban a mí, por supuesto ella carecía de idea alguna de que yo adoraba el contenido de cada pregunta que le hacía, y para mi sorpresa, ¡tenía los mismos gustos que yo! No podía creerlo cada vez y poco a poco se me iba esbozando una leve sonrisa que iba in crechendo, cada palabra que escribía tanto ella como yo era una palabra que hacía que cada vez me gustara un poquito más,
-Mierda -grité, no me lo podía creer, yo me había dicho que este año no me enamoraría, y sin embargo aquí estaba de nuevo, colandome por una chica que aún no había visto en persona... ay como soy, siempre me pasa lo mismo, me hago ilusiones, me gusta, me emociono; y después... pasa lo que pasa, es decir, nada, y vuelvo con mi corazón ya destrozado a caer en el pesimismo.
Pero no podía ser, esta era diferente, era especial, era única, era Victoria...

Una Perfecta DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora