Capítulo 10: La fiesta

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Estuvimos distantes al principio de la fiesta, empecé a beber hasta ponerme un poco contento, y entonces me acerqué a Victoria, la abracé por detras envolviendo mis brazos en su frio vientre, noté como se le puso la piel erizada, y como se sobresaltaba levemente, dejé caer un beso en el costado de su cuello, dando a entender que quería probar sus labios, pero al parecer aquella noche Victoria estaba juguetona, y decidió torturarme, evitando así que yo probara sus labios, pasaban las horas, y yo tenía ganas da un beso, ganas de un abrazo, ganas de tenerla entre mis brazos sin horas límite y sin límites en general... aquella noche nuestras horas limites eran parecidas. Por el final de la fiesta más o menos, tras ser duramente torturado sin poder probar el nectar de los dioses, la ambrosia conocida también como sus labios cada vez era más necesaria, y así era, tan necesaria que fuí en su busca, la tomé de la mano y nos fuimos al jardín, lentamente comencé a acariciarla el brazo, y después la espalda, recordad que su ropaje estaba abierto por detrás, así que introducí las manos dentro y me acerqué peligrosamente a su tripa, mientras le envolvía la mejilla a besos y a veces bajaba lentamente al cuello, su corazón se aceleraba, el mio también, necesitaba ya esos labios, por cada beso me acercaba un poco mas a su curva sonrisa, un beso, después otro, sus mejillas se ruborizaban, mis labios se depositaron sobre los suyos, pero no me atrevía a lanzar el beso que lo aliviaria todo, ese que llevaba buscando toda la noche, y en el momento más inesperado, me robó un beso, creando así una sensación de explosión, felicidad y calma, mis manos se pararon, dejaron de estar juguetonas y quisieron agarrar las suyas, ese beso confirmó todas mis dudas de aquella noche estaba coladisimo por ella y había merecido la pena esperar, poco a poco la chispa iba encendiendo la llama, la respiración se aceleraba, nos ibamos acercando poco a poco aún más juntos, agarre sus mejillas y después deje caer las manos a su cuello, yo me moría de ganas por ella, aquella noche estaba más impresionante que cualquiera, y como me tuvo toda la noche esperando la agarré con más ganas, personalmente nl me gusta que jueguen así conmigo, pero con Victoria esa noche me encantó. Los besos cambiaban a cada rato eran muy indecisos, y cuando ya estaba más loco que nunca me atreví a decirla que si...

Una Perfecta DesconocidaWhere stories live. Discover now