—¿Uno solito....?

—No. —subió su tono de voz.

—¿Y por qué no?

—Porque cuando le das un besito a otra persona tu saliva se queda en su boca seis meses.

¿Qué?

La miré confundida y Matt río por lo bajo.

—Jordyn. —me volteé ante su llamado pero me sorprendí al sentir un rápido y ligero toque en mis labios.

—¡OYE ESO ES TRAMPA! —chilló Ley— ¡Es injusto, malo! —se cruzó de brazos sacándole la lengua. El le sacó la lengua también y estuvieron así un largo rato mientras yo aún seguía analizando lo que había sucedido.

La pequeña se fue ofendida escaleras arriba dando fuertes y estruendosos pasos en cada escalón que pisaba.

—¿Cuándo tienes pensado decirle?

—No tenía pensado hacerlo. —contesté sinceramente y tomé una gran bocanada de aire mientras me volteaba a observarlo detenidamente.

Se quedó en silencio unos minutos y luego sonrió, rebuscando algo entre sus bolsillos y de allí sacó una pequeña cajita azul.

—Le compré una cadenita. —susurró y abrió la caja. Sacó de allí dentro dos cadenitas, una más grande y una más pequeña la cual decía daddy's girl.

Sonreí en respuesta aún algo confundida y desorientada, me puse de pie y caminé hacia la cocina donde me serví un vaso de agua y me lo tomé rápidamente.

—¿Te sientes bien? —murmuró aquella voz en mi cuello provocando un escalofrío.

¿Me sentía bien? Ni yo lo sabia.

—Creo que deberías decirle. —me volteé dejando el vaso sobre la mesada y sus ojos se iluminaron.

Salió de la cocina y pude ver cómo subía la escalera restregándose las palmas de sus manos en los pantalones, nervioso.

Decidí darles un poco de intimidad por lo que opté por ir a ver al pequeño Adam quien estaba cómodamente dormido en su cuna. Le acaricié su cabecita con cuidado y le tomé una fotografía al ver cómo se enredaba en mi brazo aún dormido.

El pequeño se despertó y rápidamente comenzó a lloriquear. Lo tomé en brazos con el afán de calmarlo y poco a poco se tranquilizó, le puse su chupete y lo acuné.

Aún era temprano, apenas eran las 11:00am, y James llegaba de trabajar a eso de las 15pm por lo que tenía bastante tiempo más cuidando del pequeño.

A Maddie le quedaba un año de colegio, se había tomado un año entero por la muerte de su padre y se retrasó. Así que hasta las 18pm no llegaba a casa.

Vivíamos juntos, en una casa que compramos hace dos años por nuestra propia comodidad.

Adam jugaba sujetando mis dedos, y se los llevaba en la boca, dejándolos todos baboseados.

—Me hubiera gustado verte así con nuestra pequeña. —di un brinco sobresaltada y lo miré con ternura.

Se paró a mi lado y le hizo muecas al pequeño mientras le daba pequeños toques en la nariz. Los observé enternecida y me corrí un mechón de pelo detrás de la oreja.

WhatsApp, MSB [2]Where stories live. Discover now