Primera parte: Salvajes

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Tú me haces ser salvaje

Quémate conmigo

Mi cama será un viaje

Al placer contigo

Salvaje. Mägo de oz.

Shion

"¿Sabes qué día es hoy?"

El mensaje de Rukia me había desconcertado. Miré repetidas veces el calendario sin encontrarle nada especial a aquel día; era uno más.

—Jes—la pregunté alzando la vista del móvil—¿Qué día es?

—Sábado, veinte de noviembre, ¿necesita el señorito la hora exacta?—me preguntó acercándose al sofá con las manos llenas de harina—¿Vas a ayudarme?

Me levanté dejando el móvil en la mesita dispuesto a seguir las indicaciones de mi amiga. Aunque para mí fuera un día más para Jessica no lo era pues aquel día Manuel cumplía años y mi compañera iba a prepararle una tarta. Como se veía incapaz de hacerlo sola me había pedido ayuda el día anterior y yo, gustoso, pues me encantaba pringarme las manos, había aceptado.

La fiesta no iba a ser en la intimidad pues la mayoría de los profesores habían sido invitados y todos aceptaron con gusto. ¿Quién se resiste a comida y bebida gratis? La celebración iba a ser por la tarde pues aquella noche Jessica había preparado algo especial a su novio que no quiso decirme. Menos mal que había comprado tapones.

Manuel se había instalado hacía varias semanas, las mismas que yo llevaba intentando no entrar en casa más que lo justo y necesario (estaba buscando un piso al que irme para dejar al retrógrado y a Jessica juntos) gracias a lo cual había cogido mucha confianza con Sikamaru. Pasaba más horas en su casa que en la mía propia y a pesar de que nos esforzábamos en explicarle a la gente que no éramos una pareja, se nos hacía imposible convencer a todo el mundo por lo que empezamos a dejarles que pensasen lo que quisieran. Y creo que nosotros mismos empezábamos a creernos esa mentira.

A lo largo de tres semanas, las muestras de cariño y las indirectas habían aumentado de forma considerable: eran simples roces, una mirada indiscreta, una frase con doble sentido, compartir una cola cao a media mañana. Cualquier cosa. Nos valíamos de gestos que aunque para otros no mostrasen afecto para nosotros sí. Aunque a veces, Sikamaru daba señales contrarias, unos días estaba receptivo y otros parecía que se encerraba en su mundo y había que sacarlo con un anzuelo y aquello me estaba poniendo de los nervios.

Siempre he sido una persona que tiene claras sus prioridades y a la que le gusta que le digan las cosas cristalinas, disfruto de los dobles sentidos o indirectas, no lo voy a negar pero cuando pasan un límite es hora de poner las cosas en su sitio y eso tenía pensado hacer. Últimamente, Sikamaru había empezado a usar mi departamento para corregir exámenes o relajarse un rato pues en el suyo no podía y a mí no importaba. Recordaba que el día anterior lo había visto sentado mirando por la ventana a la espera de algo, tenía el móvil en una mano y un pañuelo en la otra.

Supuse que estaría preocupado por Rukia pues el conflicto se había vuelto más violento y posiblemente ella no diera abasto con los heridos. La pobre mujer se comunicaba con nosotros cuando podía. A pesar de creer eso, supe que no estaba así por nuestra amiga. Había algo más que a mí se me escapaba. ¿Qué era? Ni idea, pero esperaba descubrirlo pronto ya que durante los días anteriores había estado más apagado, como si algo fuera realmente mal.

Sin saber lo que somos (Homoerótica)Where stories live. Discover now