Epílogo

7 2 0
                                    

Cuando desperté me encontraba tirada en medio de una gran plaza llena de gente. Algunos me esquivaban, otros, me atravesaban. Me levanté despacio, todavía me sentía aturdida e incluso algo mareada. Las vistas no ayudaban a ponerme mejor. Un festival de monstruos, fantasmas, ninfas... en fin, todo tipo de criaturas que jamás había visto. Era tan increíble que me preguntaba si estaría soñando, pero el dolor de cabeza y las náuseas permanentes me decían lo contrario. Traté de ubicarme tratando de encontrar algún cartel que me indicase donde estaba, o al menos, alguna pista de qué era este sitio, pero era demasiado difícil andar hacia una dirección fija. El gran cúmulo de gente prácticamente me llevaba con él, era casi imposible moverse así. Salí como pude del centro, donde la gran mayor parte de esas criaturas trataban de abrirse paso, y acabé enfrente de un gran edificio, uno que se notaba muy bien cuidado, uno altísimo con motivos preciosos en las ventanas y con... ¿una ventana rota? Resaltaba demasiado en contraste con lo precioso que se veía el exterior. Entré tratando de escapar de aquella estampida en masa, y al entrar, me llevé una gran sorpresa. Una gran biblioteca de al menos unos cinco pisos, cada uno repleto de estanterías y librerías todas ellas llenas de libros, lo único malo, era que parecía que había pasado un huracán por el segundo y primer piso.

Una amable chica se me acercó.

-Hola, soy la bibliotecaria, ¿puedo ayudarte en algo? ¿Buscas algo en concreto?

-Sí, buscaba escapar de esa plaza.

La bibliotecaria se rió disimuladamente. ¿Cuántas veces le habrán dicho lo mismo?

-Entonces estás en el lugar indicado. Aquí no suele venir mucha gente. Al menos no en tan gran número, y menos con este desastre.

-¿Qué ha ocurrido aquí?

-Un chico entró por esa ventana que ves rota en el segundo piso y tiro todas las estanterías que ves en el suelo, bueno, menos un par que conseguí ordenar ya. Tengo trabajo para rato.

-¿Quieres que te ayude?

-¿En serio lo harías? No hay mucha gente que se preste a semejante aburrimiento.

-A cambio te pediré algo.

-Eso ya es más normal.

-Quiero que me digas qué es este lugar.

-Anda, una nueva. Claro te lo diré, pero antes ayúdame a limpiar todo esto, no vaya a ser que salgas corriendo en cuanto te lo diga.

Se rió de nuevo mientras sonreía. Parecía una chica muy maja y si me contaba que era este lugar, desde luego se había ganado una compañera.

Me encantará saber qué es este lugar.

Touch my heart KumihoWhere stories live. Discover now