Encuentro

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NARRA JIN

Era una tarde como cualquier otra, fría y solitaria en el paisaje totalmente blanco, que era invierno y todo estaba recubierto de nieve. Yo estaba en el bosque practicando con los kunais, hoy tenía la tarde libre, me había sentado en la rama de un árbol a descansar un rato, después de estar practicando con los kunais. Estaba muy tranquila cuando de repente escuché una voz que gritaba:

-Cuidadooo!!!

Lo siguiente que sentí fue un golpe que me hizo perder el equilibrio y caer violentamente al suelo, "Que golpe más tonto", pensé. Miré a mi alrededor a mi lado también en el suelo había un chico rubio de ojos azules, que vestía de negro y naranja.

-Ohh, mi cabeza..., -se quejaba él-

-Naruto!!!, -dijo una chica de pelo rosa desde una rama de otro árbol-.

En un momento me vi rodeada de un gran número de personas, y no de personas normales, no era difícil distinguir sus bandas, todos ellos eran ninjas.

-Baka!!, ¿porque no miras por donde vas?, siempre haces lo mismo, -dijo la chica de pelo rosa bajando hasta nuestro lado-.

-Lo siento, Sakura-chan -dijo él divertido, mientras se levantaba-.

-Discúlpalo es un poco torpe, -me dijo ella mientras me tendía la mano para ayudarme a levantarme-.

Yo negué con la cabeza.

-No importa, -le dije yo-, sois ninjas, ¿ verdad ?, -me apresuré a preguntar-.

-Así es!, Soy Uzumaki Naruto, ninja de Konoha y el próximo Hokage, -dijo el chico rubio-.

Los demás ninjas bajaron junto a nosotros.

-Yo soy Sakura, -dijo la pelo rosa-.

-Estos son mis amigos, Neji, Tenten, Cejas Encrespadas, Hinata, Kiba, Shino, Ino, Chouji, Shikamaru, Sai, y estos son Kakashi-sensei y el Capitán Yamato, todos somos ninjas de Konoha y este es Gaara de la Arena, es el Kazakage de la Aldea Oculta de la Arena.

Naruto me presentó a todos a sus amigos a la vez que me saludaban, pero no pude evitar sentir algo extraño al cruzar la mirada con el tal Gaara, tuve una sensación extraña, era una mezcla entre nervios e inquietud.

-Encantada, yo soy Jin, de la aldea oculta de la Rosa.

-Senpai, deberíamos hacer noche en la aldea, -dijo el Capitán Yamato-.

Kakashi asintió.

-Me parece bien, -respondió éste-.

-¿Te importaría guiarnos hasta la aldea?, -preguntó Neji-.

-Claro, sin problema.

Caminamos por el bosque de vuelta a la aldea, eran muy simpáticos y se ocurrió una idea

-La aldea es bastante pequeña, -comencé yo-, ni siquiera tiene un hostal para los huéspedes

-Ya veo, -dijo Naruto-.

-Si queréis podéis pasar la noche en mi casa, -les ofrecí yo-.

-¿Estas segura?, no queremos ser una molestia, -dijo Sakura-.

-Tranquila no creo que a mis padres le importe-.

Llegamos a mi casa

-Okaa-san, Otô-san!!!, ya estoy en casa.

-Bienve-, -comenzó a decir mi Okaa-san-.

-He traído invitados, los he invitado a pasar la noche, ya que no tienen donde pasarla, -expliqué yo traviesa-.

-No hay problema tenemos espacio de sobra.

Y era verdad, el caserón perteneció a un antiguo señor feudal que más tarde dejó a su gran amigo, mi otô-san, antes de morir por una enfermedad.

Los llevé a cada uno hasta sus correspondientes habitaciones, para que se instalaran y más tarde les informé de que la cena estaba lista.

-Ohhh vayaa, todo huele delicioso!!, -dijo Chouji-.

-Si, Okaa-san cocina muy bien, -dije yo-.

La cena transcurría con normalidad

-Y, ¿que trae a los ninjas de Konoha y la Arena a una aldea como esta?, -preguntó otô-san-.

Todos se miraron entre si, como dudando por un instante.

-La verdad, es que Konoha y la Arena han sufrido unos ataques poco comunes últimamente, -explicó Kakashi-sensei-.

-¿Ataques poco comunes?, -preguntó otô-san-.

-Así, ataques provocados por dragones, -concluyó Shikamaru-.

-¿¡¿Dragones?!?, -exclamé yo-.

Ellos asintieron.

-Creía que habían desaparecido, -dijo okaa-san.

-Eso pensábamos todos pero, los recientes ataques dicen lo contrario y estamos un tanto desconcertados, -explicó el Capitán Yamato-.

-Según nuestros archivos de las bibliotecas, se menciona un lugar donde viven unos monjes que al parecer tienen una estrecha relación con el tema de los dragones, -explicó Kakashi-.

-¿Te refieres al Templo del Crepúsculo?, -pregunté yo-.

Todos se giraron a mirarme como movidos por un resorte.

-Sí debe ser allí, -concluyó otô-san-, se dice que hace ya muchos años vivían allí un grupo de mojes que tenían extrañas habilidades.

-¿Extrañas habilidades?, ¿de que tipo?, -preguntó Naruto-.

-Nadie lo sabe con seguridad, pero dice la leyenda que hace siglos los monjes que entonces residían en el templo fueron capaces de frenar al dragón que estaba arrasando el valle.

-Creo que deberíamos investigarlo, -dijo Ino-.

Los demás asintieron.

-Pues como no habléis con los muertos, no se que vais a sacar en claro, -dije yo-.

-¿A que te refieres?, -preguntó Sakura-.

-Los monjes murieron hace décadas, ahora el templo está abandonado, pero puede que encontréis algo en los libros y pergaminos que los mojes dejaron escritos.

-¿Como sabes tu que los monjes dejaron escritos?, -preguntó Kiba-, ¿que pasa eres vidente o que?

-No, pero he estado allí un par de veces, -hice un pequeña pausa-, el templo esta en lo alto de una montaña muy escarpada, no se puede subir a menos que encuentres el camino que lleva hasta el templo, además esta un poco lejos a 1 día y medio a buen paso.

-Parece que alguien ha estado husmeando por allí, ¿eh?, -dijo Naruto burlón-.

-Es obvio, me mataba la curiosidad, -dije yo con una traviesa sonrisa-.

-"La curiosidad mató al gato", -dijo Sai-, es un dicho popular lo he leído en un libro.

-En ese caso no te preocupes, esta gatita sabe cuidarse sola.

Hubo un breve e incómodo silencio.

-Os llevaré al templo, saldremos mañana por la mañana y no aceptaré un no por respuesta, -concluí yo-. 

· Destinos Cruzados · (Gaara)Where stories live. Discover now