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Adoraba aquellas tardes en tu casa, Dave.

Aquellas en las que nos pasábamos horas y horas tocando la guitarra. Los dos juntos. Tú fuiste mi maestro, me enseñaste todo lo que sé.

Me encantaba cuando escuchábamos una canción y enseguida, Dave, sacabas todos y cada uno de los acordes. Eras todo un experto.

Cada vez que veo una guitarra, no puedo evitar recordar aquellas tardes.

Cartas a DaveWhere stories live. Discover now