Ambos bajaron las escaleras y se dirigieron al comedor en silencio, Jaxson puso su mano sobre la perilla para abrir la gran puerta de roble que daba para el comedor, pero se detuvo.



—Tienes que saber algo antes que entremos — La castaña no levanto la mirada pero asintió con la cabeza. — A mi padre no le gustan los humanos, y cree que las mujeres no tienen opinión más que para cuidar a sus crias, intenta ser prudente porque sé que él no lo será.



Cassandra levantó la mirada de golpe. Eso no lo esperaba.



— ¿Entonces porque me traes aquí? ¿Para humillarme?

—Él fue el que quiso mandar llamarte — Dijo con la quijada apretaba. — Si por mi fuera hubiera esperado un siglo más, pero el insistió.

— ¿Qué hago? — Ahora si estaba entrando en pánico.

—Mantente a mi lado, intenta responder solo lo que se te pide y no hables si no se te permite.

—No existe alguien más machista que tú y tu padre — Dijo un poco molesta. — No sé cómo es posible que tu mamá lo soporta.

—No hables de cosas que no sabes — Los ojos de Jaxson se posaron en ella una fracción de segundo. — ¿La ves en algún lado? Apenas me trajo a este mundo y desapareció. No tengo madre, crecí por mi cuenta.



La castaña no supo que decir, abrió la boca para disculparse, era cierto, en un momento ha oído mencionar algo o alguien sobre la reina o madre de Jaxson, tal vez es por eso que están tan emocionados cuando mencionaban tener una reina. Sin decir nada más abrió la puerta y entro a la gran sala que disponía de una mesa para alrededor de 20 personas. Cassandra se quedó detrás del pelinegro.



—Justo a tiempo — Se escuchó una voz enronquecida, involuntariamente el vello de la castaña se erizo. — Tomen asiento.



Ellos obedecieron. Jaxson se sentó al extremo contrario a su padre y Cassandra a su lado en silencio.



—Buenas noches, señorita Milano — Cassandra levantó la mirada y sintió la dura mirada de aquel hombre. — No creí tener a un humano en mi casa.



No parecía más de 55 años, su semblante era algo temible, no tenía mucho parecido al de Jaxson, tenía que admitir que el pelinegro era atractivo y aquel hombre era algo grotesco. Sus facciones eran duras y parecía que siempre estaba de mal humor, su semblante era serio y poco amigable, tenía un aura de superioridad y algo más. Pequeñas arrugas y ojeras surcaban su rostro. Despistadamente observó a Jaxson, el en cambio tenía una belleza natural y misteriosa, era como si rostro no tuviera defecto alguno, sus labios eran delgados, finos, sus pómulos definidos, su mirada penetrante. Cassandra apostó que 99% de los genes de Jaxson eran de la madre. Hubiera sentido lastima por el si hubiera heredado la "belleza" de su padre.

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