Dieciocho: Ascensor.

Comenzar desde el principio
                                    

—No estoy de buen humor, así que apreciaría que por favor, me dejaras irme a casa. 

—¿Qué fue lo que hice? Hace poco estabas tomando mi mano para llegar aquí y ahora estás ignorándome. Dime qué hice —Harry exigió.

Él no iba a dejarla marchar sin explicación. Ese era el lado que no quería que las personas conocieran. Si Harry quería una respuesta, la obtenía. Esa era el secreto de su éxito. Él había obtenido el trabajo mejor pagado con su encanto, y permaneciendo lejos del drama de oficina. Él sabía como emplear su táctica, era persuasivo. 

—Piensas muy poco de mí. No dejé que me molestara hasta ahora... Y pensé... Realmente pensé —se detuvo, negando con la cabeza mientras presionaba repetidamente el botón de "cerrar compuertas". Él apretó la mandíbula. 

—¿Qué? ¿Qué pensaste? ¡Me estás volviendo completamente loco! ¿Sabes toda la mierda que he hecho estas últimas dos semanas por ti? ¡Demonios, dejé un maldito emparedado turco sólo para gastar cientos en ti y John sigue diciéndome estas cosas y mi cerebro esta colapsando! —su tono se elevó, pero no estaba gritando todavía. Charlie palideció, observándolo fuera de su elemento.

Se está destruyendo completamente en este elevador y ella ni siquiera puede encontrar palabras. 

—¿John?

—No cambies de tema —Harry escupió, causando que se estremeciera—. Completa tu frase, por favor —Harry tomó aliento, suavizando su tono e intentando que se olvidara de John. Las palabras habían escapado de su boca y ya no podía tomarlas de vuelta. 

—Pensé que te gustaba. ¿Vale? Pero ya que te es tan difícil dejarme entrar a tu departamento y confiar en mí, lo tomé como una indirecta —Charlie arrastró las palabras, usando su mano derecha para peinar su cabello. Harry se quedó callado, desconcertado por su confusión. Sus dedos seguían presionando los botones para hacer que se apartara, pero Harry estaba congelado en su lugar. 

Ella quería que las compuertas se cerraran, y que Harry saliera de su vista. Había caído en la trampa. Le había dicho lo que verdaderamente pensaba de él, y ahora estaba ahí, mirándola con sorpresa. Las cosas no estaban yendo como planeado. 

—No lo entiendes —luego de unos momentos, él decidió hablar—. Así es como soy. No es que no confíe en ti. Es que no confío en otros humanos —sus palabras la hicieron sentir peor. Charlie concluyó que ella era humana, así que se refería a ella. ¿Cómo podría salir con alguien que no permite que alguien entre a su departamento? 

—Entonces me iré. Si no vamos a ir a tu departamento, ¿qué hago aquí?

—Estás aquí porque quiero que entres a mi departamento —Harry masculló apenas, sus ojos verdes abiertos con sorpresa ante sus palabras. Él realmente lo decía en serio.

—¡Eres tan jodidamente confuso! —exclamó—. Ordena tu cabeza, Styles. Mis sentimientos no son de acero. Esta pequeña relación que tenemos ha tomado la mayor parte de mis pensamientos y tú no pareces entender el significado de eso. Así que me gustaría irme ahora —ella procedió a presionar los botones con desesperación, mirándolo directamente. 

Harry mantuvo los labios sellados, completamente perdido en busca de palabras. Estaba pensando lo que decir. 

—Tengo sentimientos —dijo, y ella bufó—. ¡Los tengo! ¡Es solo que tú estás en tu propio elemento jugando conmigo y no lo ves! —su tono fue igual al suyo, rebosando el punto de rabia de nuevo. Sus señales eran bastante difíciles de entender, ¿Pero había sido tan difícil para la todopoderosa Charlie entenderlas? 

—Tienes sentimientos por tu gatita, Harry. 

—No es cierto —Harry entonó—. Tengo sentimientos por ti. 

Heed ➳ h.s (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora