14. Cambio inesperado

Începe de la început
                                    

— La verdad es que yo tampoco — confesé —. Pero me siento mejor, y no sé, creí que todo esto sería mucho más doloroso, que me la pasaría en mi habitación escuchando canciones de Michael Bolton, sufriendo en silencio o algo por el estilo.

— Eres mucho más fuerte de lo que aparentas, Kat Stronghold.

Sonrío por el alago, sus ojos de moka me miraban atento. Es sorprendente cómo puede cambiar su mirada, un momento tiene esa mirada de demonio malvado, y al otro su mirada es amable.

— No sé si sea fuerte... Simplemente decidí que ya no me atormentaría por eso — suspiré y me llevé el vaso a los labios dando un pequeño sorbo —. Ya lloré y me sentí infeliz lo suficiente, no voy a sentirme así toda la vida.

— Eso es ser fuerte, nena — replicó —. ¿Tienes galletas o algo?

Le señalé la alacena en la que guardamos los cereales y galletas. Me quedé sentada en uno de los banquitos de la barra y acerqué el vaso de agua que había dejado ahí en la tarde mientras intentaba la termoquinesis. Decidí intentarlo una vez más ahora que tenía la mente más despejada, puse mi mano sobre el vaso esperando algún cambio notable en el agua pero nada.

— ¿Qué intentas hacer? — pregunta Ulrich con curiosidad

— Congelarla — respondí recibiendo una galleta

— Hmm inténtalo de nuevo — murmuró —. Concéntrate, siente la sensación del frío y enfócala.

Respiré hondo e hice exactamente lo que dijo. Sentí la sensación de calor y frío en mí, me enfoqué en la temperatura inferior y el agua del vaso se congeló por completo. Salté del banquito alegre, sentí mis dedos helados, supongo que es un efecto secundario. Tomo el vaso maravillada, finalmente lo había conseguido después de haber pasado horas sentada sin tener resultado.

Sin pensarlo, corto la distancia entre nosotros y mis brazos lo rodean, al instante percibo el aroma de su loción y mentas. Estaba tan emocionada por mi reciente logro, que no pensaba tan claramente. Vaya que estoy siendo demasiado impulsiva.

Me solté sintiéndome un poco avergonzada, pero seguía entusiasmada y todo era gracias a él.

— ¿Otro impulso, Stronghold? — levanta una ceja

— Así es, Schädel — asentí con la cabeza —. Me emocioné de más...

— Ya veo — sonríe —. Bueno, ya me aseguré que estás bien, me iré... Gracias por la merienda de la madrugada.

Estuve a punto de contestarle pero desapareció.

Dejé los vasos sucios en el fregadero y volví a subir alumbrando con la linterna de mi celular y esta vez evité golpearme con algún mueble accidentalmente. Me acomodé de nuevo bajo las sábanas y me quedé contemplando el techo un momento.

Entonces pensé en lo que acababa de ocurrir. ¿Qué estaba haciendo? Acabo de abrazar de nuevo al mismo demonio por el que casi terminé siendo puré por un guerrero de Anubis, y me secuestró solamente para molestar a Louis. ¿Por qué dejo que se acerque? No lo considero fraternizar con el enemigo pues no es una amenaza, al menos no para mis hermanos y para mí, no puedo decir lo mismo para otros.

— Piensas demasiado, Kat — me dije a mí misma

Dejé de darle vueltas al asunto y me rendí al sueño sin ningún problema.

— ¡Drake Stronghold, saca tu trasero del baño ahora! — exclama Logan golpeando la puerta del baño

Demonios, si Logan ya se levantó significa que debe ser muy tarde, y me tendré que bañar con agua fría pues no hemos comprado un calentador que abastezca lo suficiente.

Irrealidad IIUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum