Destino.

8.5K 504 862
                                    



Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonucci.

Nathan Kedd Goldberg es propiedad de c2ndy2c1d.

Esta historia es mía para ustedes.

*No soy dueña de ninguna imagen* *Créditos a quien corresponda*

•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•*~*•

~•*○*•~

Edd tenía un buen rato despierto, como una hora, pero no se quería levantar de su cama, como todo chico una mañana de sábado. Coco estaba dormida sobre su pecho, mientras la acariciaba, pensaba en Kevin, como siempre, como cada mañana, cada noche, cada maldito momento. Lo extrañaba, pero al mismo tiempo le estaba tomando mucho resentimiento, porque, lo lastimó sin pensar si quiera un poco en sus sentimientos. Eso era algo malo, algo cruel, lo peor que le puedes hacer a una persona es dejar que se enamore si al final no lo vas a corresponder.

El sonido de un auto lo alertó, luego la bocina y el grito de una chica, lo estaban llamando a él. Se levantó por fin, sin ponerse su gorra abrió las cortinas y vio a Marie saludándolo con la mano y una sonrisa enorme, ella venía en su camioneta, y traía un montón de chatarra atrás. Edd abrió la ventana.

—¿Qué haces aquí tan temprano Marie?

—¿Temprano? Doble D, son las 12 de la tarde.

—Oh. – Estaba apenado. ¿Había dormido tanto? —¿Qué es lo que traes en tu camioneta?

—Encontré esas bellezas en el deshuesadero de autos, pensé que podíamos arreglarlas ¿Qué te parece?

—¿Son... motocicletas?

—¡Así es!

—Estás loca.

—Oh por favor, será divertido.

—¿De dónde sacaste esa idea?

—¿Nunca viste crepúsculo? Es una película malísima pero me gustó la idea. Anda Edd, tengamos un proyecto juntos.

—No lo sé. – dijo dudando

—¿Te da miedo?

—La verdad no, cuando paseaba con Kevin... bueno me gustaba.

—Genial. Entonces vístete y baja, apuesto a que sé más cosas de mecánica que tú. – Le dijo sonriendo.

—Oh no debió decir eso señorita Kanker, ahora es un reto personal.

Edd se emocionó bastante, ¿Marie sabía de mecánica? La idea le pareció interesante, sabía que terminarían conduciendo las motocicletas juntos, a pesar de su alma tranquila, algo dentro de él quería un poco más de libertad; velocidad, proyectos personales, ensuciarse las manos, llenarse de aceite y de grasa no lo iba a matar. Ya era hora de vivir su vida plenamente.

Bajó las escaleras, negó la petición de su madre de desayunar algo, solo tomó un jugo rápido y salió con su amiga.

—¿Y bien? ¿Estás listo?

—Nena, yo nací listo. – Exclamó con acento propio de Nathan.

—¡Genial! Ahora ayúdame a bajarlas. – Las llevaron a la cochera de Edd, afortunadamente tenía toda clase de herramientas, el chico amaba construir cosas, desde niño desarmaba radios, tostadoras y toda clase de objetos electrónicos para entender su funcionamiento, y aunque nunca había arreglado una moto, sabía que no sería difícil para él.

Filofobia.Where stories live. Discover now