Filofobia.

Un secreto revelado.

Ed, Edd y Eddy son de Danny Antonucci.

Nathan es de c2ndy2c1d

Esta historia es mía para ustedes.

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-¿Que hiciste qué?- Pregunto alterado un chico de cabello turquesa girando en su silla de escritorio, dándole la espalda a su computadora, que reproducía Paramore. Kevin estaba sentado en la orilla de la cama del chico, con la mirada hacia abajo.

-¿Crees que hice mal?-

-¡No! ¿Cómo crees? Ir a besar a Doble D y luego rechazar la invitación de tu futura suegra para escapar de cualquier compromiso con su hijo... eso es algo sin importancia.- Le dijo Nathan con sarcasmo.

-¡Estaba aterrado! No supe que hacer...-

-Aun así, creo que cualquier otra persona te hubiera sacado a patadas de su casa, no sin antes prohibirte ver a su hijo.-

-Es que no entiendes, no estuviste ahí.-

-No pero por cómo me lo cuentas no fue tan malo, pienso que fuiste algo grosero.-

-Me aterré, si bien la señora Emily se portó amable no podía mirarla a los ojos.- Le dijo mientras se dejaba caer hacia atrás, recostándose por completo y cruzando sus brazos sobre su cara.

-Bien entiendo, sobre todo si quisiste tragarte a Doble D.- Le dijo riendo.

-No me lo recuerdes idiota, si la mujer no hubiera estado ahí no sé lo que hubiera pasado.-

-¿En serio? Tienes ganas de estar con él ¿verdad?- Nathan alzo su ceja con burla.

-Como no tienes idea.-

-Pues pídeselo, no creo que el chico se niegue, eres Kevin, siempre lo consigues.-

-Ten en cuenta que soy su primer...-

-¿Novio?-

-No. No es mi novio, solo salimos. Pero igual soy el primero.-

-¿Y eso que? Le has quitado la virginidad a muchas chicas, no creo que sea diferente con el.-

-Si es diferente, recuerda que Eddward es mi primer hombre también.-

-¿Quieres practicar conmigo de nuevo bebe?- Le pregunto al momento de acariciar su mejilla sonrojando a Kevin.

-Pero que idiota eres Nathan.- Le dijo alejando su rostro con rapidez.

-Vamos Kevin, Jimmy no está mirando esta vez.- Nathan se acercó con una sonrisa.

-No sigas o te golpeare.-

-Puedes hacerme lo que quieras bebe, dame unas nalgadas.-

-¡Te lo advierto!- Kevin estaba rojísimo con el ceño fruncido, caminando hacia atrás huyendo de su amigo que no dejaba de seguirlo con una sonrisa pervertida.

-Vamos castígame rojito.- Su amigo lo acorraló contra la pared y le dio un fugaz beso en los labios.

-¡NATHAN!- Kevin se limpiaba la boca con las mangas de su suéter. -¿Qué te pasa maldito pervertido?-

-¡Debiste haber visto tu cara! Solo estoy jugando no te pongas así.-

-Pues ya tomaste la costumbre de besarme como si fuera lo más normal del mundo.-