Filofobia.

Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonucci.

Nathan Kedd Goldberg es propiedad de c2ndy2c1d.

Esta historia es mía para ustedes.

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La Filofobia es el miedo al amor, al compromiso... Por lo general se hace presente con un sentimiento general de euforia cuando una persona reconoce que está enamorada, pero se complica cuando comienza a pensar en todo lo malo que puede venir en caso de tener una relación con esa persona y decide mandar todo a la basura.

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Los Eds ya se iban, pero Kevin los alcanzó. Tocó el hombro de Edd, quien sonrió sonrojado al verlo, al parecer le había dado mucho gusto que lo buscara antes de entrar a clases.

—Buenos días Kevin. –lo saludó con alegría

—Eddward... ¿tienes unos minutos? Quisiera hablar contigo.

—Claro Kevin. Ed, Eddy, los veo en cálculo ¿está bien?

—Si claro, pero no llegues tarde, necesito que te sientes delante de mí en el examen. –le dijo Eddy

—No tardaremos. Bien, vamos Edd, vayamos afuera.

Para su enorme sorpresa, Kevin lo tomó del brazo, mejor dicho de la muñeca, y lo guio hacia un solitario árbol.

—¿De qué quieres hablar Kevin?

El pelirrojo estaba demasiado nervioso, nunca había hecho lo que estaba a punto de hacer, tratando de relajarse, cerró sus ojos, inhaló profundamente y exhaló despacio.

—Escucha Eddward... yo...

—¿Si?

—Quiero terminar. –dijo así de golpe, siempre creyó que no valía la pena darle vueltas a las cosas, a decir verdad siempre terminaba así sus relaciones, las citaba, les decía que quería terminar, las hacía llorar y simplemente se iba sin dar explicaciones, pero con Edd... decirle esas palabras fue más difícil de lo que creyó.

—¿Cómo que terminar? ¿De qué hablas? –preguntó Edd con los ojos muy abiertos.

—Lo sabes, por favor no me hagas repetirlo... –le dijo cabizbajo.

—No puedes estar hablando en serio...

—Hablo en serio, dejemos las cosas aquí.

—Pe-pero Kevin...

—Lo siento Eddward, pero no hay otra opción. –exclamó con altanería.

—Por lo menos dime la razón Kevin... ¿Qué fue lo que hizo que decidieras olvidarte de nosotros?

Edd estaba destrozado, era muy evidente, su costumbre de encontrarle explicación a todo no se hacía ausente ni siquiera en ese momento. Kevin por su parte fingía indiferencia, el corazón se le encogió al ver a su lindo ángel deshecho en lágrimas.

—La verdad es que no quiero seguir lastimándote... tu no mereces que te quieran a escondidas Eddward.

—¿Y terminar conmigo es la solución?

—Prefiero eso a seguir haciéndote daño ¿es que no lo entiendes? Estás mucho mejor sin mí, solo te causo tristezas.

—Eso no es verdad... me haces feliz Kevin, me gusta estar contigo... creí que yo te hacía feliz.