– Lo sé pero es mi prima... No puedo hacerle eso... ¿Sabes? No quiero hablar de ella en este momento... Mejor... Hay que ir a caminar a la playa...

Escuché que se cerró la puerta. Esperé unos segundos y salí de la habitación. Llegué hasta el espacio entre la cocina y el comedor y me asomé por la ventana.

Ellos estaban fuera del patio, Emily lo abrazaba por el cuello y él tenía sus manos en su delgada cintura.

Ellos estaban fuera del patio, Emily lo abrazaba por el cuello y él tenía sus manos en su delgada cintura

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Cuando se besaron la mujer abrió los ojos y me miró como si me estuviera diciendo "yo lo estoy besando. Es mío".

Me quedé paralizada al ver como se besaban tan apasionadamente. Parecía que iban a tener relaciones ahí, en la arena, afuera de mi casa. Aún no entendía como alguien podía besarlo con tantas ganas y deseos, y mucho menos aún una mujer tan bonita como Emily.

Apenas y podía asomarme por la ventana si sentir el horrible dolor de la cadena lastimando mi tobillo. Giré mi cabeza y vi la silla de madera. Sin pensarlo dos veces la tomé por arriba y la golpee contra la ventana. Tenía planeado golpearla y que ésta se rompiera, pero ni siquiera le hice un rayón. Por la fuerza del impacto la silla rebotó cayendo sobre la mesa, lo que provocó un fuerte ruido.

Christian y Emily voltearon a ver hacia mí. El pelinegro enredó sus manos en el sedoso cabello de la mujer y lo jaló hacia atrás. Christian empezó a besarla en el cuello, incluso lo lamía. Emily cerró los ojos y lo agarró con fuerza de los brazos para que no se alejara de ella. No podía escucharlos, pero era bastante obvio que estaba gimiendo de placer. A ambos les daba igual si yo los observaba o no.

Tomé la silla de nuevo y le di otro golpe. Pasó lo mismo que la primera vez. Seguí haciéndolo hasta que se hizo una ligera raya en el espejo.

– ¡Maldición! –. Grité frustrada cuando la silla de madera se rompió. – ¿Por qué no es tan fácil romper un jodido vidrio como lo pasan en las películas?

Mi idea era romper un vidrio, así si alguno de mis vecinos volvía se daría cuenta de que algo anda mal y llamaría a la policía.

Llamar a la policía...

Volví mi vista hacia los pelinegros y me di cuenta de que Christian caminaba de regreso a la casa dejando a Emily en el patio.

Miré hacia el piso buscando algún pedazo de madera filoso, pero el único que había estaba demasiado lejos. Aún así me agaché e intente tomarlo; sin éxito.

Cuando me incorporé escuché que Christian estaba girando la manija de la puerta.

Llamar a la policía...

Corrí hacia el sillón, puse mis manos en el reposa brazos y me di cuenta de que ahí estaba el bolso de Emily. Estiré la mano pero me faltaba casi medio metro para alcanzarlo. Justo cuando se abrió la puerta agarré el sillón y lo jalé hacia mí con fuerza.

Secuestrada por el pasado #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora