Suspiré al oír mi castigo mientras levantaba la silla que seguía tirada en el suelo.

- Amor - finalmente habló esa mujer entrando al comedor, enredando sus dedos en el hombro de mi padre para disminuir la tensión en el ambiente, era lo menos que podía hacer - deberías dejar que salga si quiere.

¿Estaba intentando salvarme o algo así? Yo no quería su ayuda.

- Tú no te metas -. Le contesté fríamente.

Debí haber cerrado la boca, porque el golpe que recibí fue lo suficientemente fuerte como para hacerme caer al suelo.

- ¡A tu habitación! -. Ordenó el dueño del puño que me había tirado.

- A su orden -. Contesté de mala gana.

Sé que él no tenía la culpa, ninguno de los dos la tenía y estábamos peleando, mientras ella no dejaba de mirarme con lástima.

Caminé molesto hasta la puerta de la casa, unos pasos corrieron tras de mí.

"Jinan, no te vayas" -. Casi podía oír la voz de mi madre diciendo eso, me detuvo agarrándome de la muñeca.

Levanté la mirada y tras ella, a una distancia mi padre me miraba atónito, sin poder creer mi comportamiento.

- No vas a decir nada ¿verdad? -. Preguntó ella en un susurro.

- ¿Eh? -. Estaba más preocupada por ella misma que por mí, su mano recorrió mi rostro, que ardía por el fuerte golpe que había recibido hacía menos de un minuto.

- Eres un buen niño, no quieres que mamá y papá peleen ¿verdad?

¿Eso era una especie de chantaje emocional?

Aparté su mano de mi rostro.

- No vuelvas a tocarme, nunca.

Salí de la casa dando un portazo, no pasaron ni cinco minutos cuando mi celular empezó a sonar con llamadas insistentes y mensajes de mi padre.

"Tu mamá no deja de llorar" "Contesta mis llamadas" "Estás castigado" "Dónde crees que vas" "Cuando regreses estarás en problemas"

No leí el resto de los mensajes, apagué el aparato y caminé hasta la pequeña tienda de mi amigo, sus pasteles siempre lograban sacarme una sonrisa.

De alguna manera, me sentía avergonzado de ir donde Donghyuk, ya había tenido suficiente con mi llanto la otra vez, temía que se hartara de mí.

Yunhyeong me atendió con esa sonrisa amable tan característica suya, aunque estaba un poco agitado, quizás porque había un grupo de chicas en una mesa pidiendo de todo y aprovechando cualquier oportunidad para tocarlo.

Vi al pequeño de los Koo sentado al otro extremo con los brazos cruzados y una expresión demasiado temible, completamente diferente a cualquier faceta que había visto antes en él. Arrastré la silla para que sintiera mi presencia y carraspeé un poco la garganta antes de decir un simple "hola" y sentarme a su lado. Él simplemente hizo una reverencia con la cabeza como saludo e intentó mostrar una sonrisa hasta que una escandalosa carcajada provocó que le devolviera la atención a aquella mesa.

Noté que iba vestido sin uniforme de trabajo, iba a preguntar cuando él habló primero.

- Así que por esto insistió en darme el día libre ¿huh? - Murmuró más para sí mismo - ¡Tch! ¡Qué molesto!

El Chanwoo dulce e inocente había desaparecido completamente junto con su sonrisa, la que mostraba muy a menudo cada vez que lo veía.

- ¡Oppa! ¡Intercambiemos números! -. Habló la chica haciendo aegyo*

Prohibido Tocar - {Junhwan}Where stories live. Discover now