25. El día de las pedidas

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La biblioteca era sin duda el mejor lugar para poder estudiar en condiciones y sin distracciones.

Adela Long no solía pisarla muy a menudo. Su inquietud y sus continuas ganas de hablar con el que se sentara a su lado, hacían que la encargada siempre la acabara echando. Sin embargo, en aquella ocasión, Zoe las había convencido a ella y a Melinda para que fueran adelantando asignaturas y trabajos. Todavía quedaba mucho para los exámenes, pero mayo estaba cerca, y Zoe estaba segura que no iban a aprovechar el mes para poder estudiar los exámenes de junio con toda la emoción del Baile del Aniversario.

Así que Adela tenía la cabeza metida en un grueso libro de Historia de la Magia. Al darse cuenta de que había leído la misma línea tres veces, bostezó disimuladamente mientras miraba a sus compañeras de casa. Zoe terminaba de escribir su redacción sobre la guerra de los trolls y Melinda suspiraba mientras se echaba hacia atrás en su silla. Adela aprovechó para lanzarle una mirada cómplice que entendió a la perfección.

- Zoe, - dijo mientras miraba a Adela de reojo. – vamos a salir un momento. Necesitamos ir al baño. – inventó.

- Vale, pero no tardéis. – respondió sin dejar de escribir.

- Menos mal, – dijo Adela al salir de la biblioteca. – odio ese sitio.

- Tu lo que odias es estar callada tanto tiempo. – rio Melinda. - ¿Qué podemos hacer ahora?

Adela levantó los hombros. No tenía ningún plan divertido o entretenido para hacer, pero lo que sí tenía claro es que no iba a volver a la biblioteca.

- ¡Mira! ¡Ahí está Lucas! – exclamó muy contenta mientras señalaba a un chico alto con el uniforme de Gryffindor. Sonrió ampliamente mientras veía como Lucas se acercaba.

En los últimos días, Lucas había estado bastante cercano. En las comidas y cenas se había estado sentando siempre muy cerca de Adela y sus amigas, en los intercambios también se acercaba para hablar con las chicas; y hasta las había animado a ir a ver todos los entrenamientos de quidditch. Por cosas como aquella, Adela había acabado pensando que Lucas iba a pedirle ser su pareja en el Baile del Aniversario. Por ello estaba más orgullosa y feliz que nunca.

- Adela, ¿puedo hablar contigo un momento a solas? – dijo discretamente y tratando de no molestar a Melinda. Ella asintió con la cabeza.

- Estaré en el jardín, bajad luego ¿eh?, que si no me aburro. – dijo Melinda momentos antes de que torciera la esquina y los dejara solos.

¡Por fin! Adela llevaba esperando años a que algo como aquello ocurriera. Nunca le había contado a nadie lo que sentía por Lucas y sin embargo allí estaba él, más próximo a ella que nunca, y a punto de pedirle que fuera con ella al baile.

Adela sentía el corazón a mil por horas.

- Esto... es complicado de explicar. – comenzó a decir Lucas. Adela no pudo evitar sonreír ampliamente. – Sé que somos amigos desde hace mucho tiempo. Aunque esa es precisamente una de las cosas por las que te voy a pedir que...

- ¡SÍ! – respondió Adela dejándose llevar. Lucas le miró con extrañeza, así que intentó arreglarlo. – Quiero decir... me he dado cuenta y claro que puedes pedírmelo.

- ¿En serio? Vaya... no sabía que te habías dado cuenta... ¿debería de darme vergüenza? – preguntó Lucas con cierta ironía mientras sonreía. – En ese caso ¿qué crees que debería de hacer?

- Pedirlo – dijo con seguridad y mirándole a los ojos. Era tan guapo y tan perfecto para ella. – Solo tienes que pedirlo.

Lucas la miró pensativo durante un rato. Adela comenzó a desesperarse y a mover uno de sus pies con nerviosismo.

Historias de Hogwarts I: la DécimaWhere stories live. Discover now