3. Presentaciones en Alquimia

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Adela Long subía los escalones de la torre principal a toda velocidad. Brevemente había escuchado en la sala común que el despacho del nuevo profesor se encontraba al final de la torre.

Cuando terminó de subir todos los escalones sintió que sus pulmones iban a explotar, pero al ver la gran puerta de roble al final se reconfortó. Después pensó que quizás no entraba dentro del grupo de los aceptados para recibir las clases de Alquimia y se volvió a desplomar. Acabó sacudiendo la cabeza, apartando de su mente esos horribles pensamientos y se armó de valor para acercarse a la puerta, descubriendo que esta era más grande y robusta conforme se iba aproximando.

Junto a la puerta había dos alumnas que vestían los colores de Ravenclaw, a Adela le sonaba sus rostros de haber tenido alguna vez clase con ellas, pero no hizo mucho esfuerzo por recordar sus nombres. Se acercó y oyó lo que estas decían, una de ellas se encontraba en un mar de lágrimas.

-¿Qué le diré ahora a mis padres? ¡Oh, es tan injusto!-sollozaba la más menuda.

-No te preocupes Berta, tus padres lo entenderán...El nuevo profesor debe de estar loco ¡De todos los alumnos que somos solo ha admitido a diez!-decía su amiga que parecía estar a punto de echarse a llorar también.

Adela sintió como si todo lo que había almorzado se le removiera en el estómago. Inspiró y suspiró, como solía hacer cada vez que se ponía más nerviosa de lo normal, y se atrevió a preguntar:

-Perdonad... ¿Las listas de los aceptados para la clase de Alquimia...?

La amiga de Berta miró con despreció a Adela y le indicó con el brazo la esquina derecha superior de la puerta, donde había un rótulo que decía lo siguiente:

"A todos los alumnos de 6º año que pretende cursar la asignatura de Alquimia:

Este año, a petición del nuevo profesor que impartirá la asignatura, solo serán aceptados los alumnos que cumplan los requisitos requeridos para un nuevo proyecto. Cada uno de ellos ha sido elegido en una asamblea donde nos hemos reunido yo, la Directora Minerva McGonagall, y el profesor de Alquimia.

Dichos alumnos son los que aquí aparecen:..."

Adela observó cada uno de los diez nombres una y otra vez, hasta que finalmente aceptó que el suyo no aparecía.

De pronto, una fuerza de orgullo y de inconformismo salió de su pecho, enderezándola y haciéndole recuperar la convicción por momentos. Dejo de mirar la lista y se fijó en la gran puerta de roble. Empujó y tiró, descubriendo que realmente se trataba de una puerta robusta y resistente, pues esta no se movió ni un milímetro.

-No lo intentes.-comentó la amiga de Berta.- La puerta solo se abrirá para los que aparecen en el rótulo.

Después se marchó con su compañera, todavía mirando a Adela con desprecio.

-De eso nada. Hasta que no hable con el profesor no me pienso mover de aquí.

Observó atentamente los nombres de los elegidos. Todos los nombres estaban coloreados de dorado a excepción de uno: Lucas Hagdelton.

Adela se preguntó a que se debía esa fea discriminación hasta que dio con una razón lógica. Lucas Hagdelton era capitán en el equipo de Gryffindor de quidditch y si no recordaba mal, aquella mañana en el tablón de la sala común se pedía a los alumnos que quisieran formar parte del nuevo equipo que se presentaran en el campo de entrenamiento. El quidditch no finalizaría hasta las siete y media. Justo en aquel momento eran las siete y media y la cita en el despacho con el nuevo profesor era a las siete en punto, por lo que Lucas Hagdelton, aunque tenía un motivo justificado, llegaba tarde a su reunión al igual que Adela.

Historias de Hogwarts I: la DécimaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang