14. ¿Qué es la "Resistencia"?

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- ¿Se puede saber qué te pasa? -preguntó Daniel Turner que casi había terminado. Tim Robbins acababa de derramar por accidente un frasco entero de garras de león dentro del caldero. Su compañero estaba muy nervioso desde el gran anuncio de la profesora McGonagall dos días atrás.

"Danny  salía de clase distraído tarareando una canción cualquiera y pensando en lo que comería de camino del Gran Comedor. Aquella mañana no había desayunado sus dos platos de huevos revueltos y el gran vaso de zumo de calabaza que tanto le gustaba, teniéndose que conformar con un simple café para mantenerlo despierto durante las clases. Había estado toda la noche estudiando y adelantando trabajos ya que la Navidad se aproximaba, y no quería preocuparse de todo esto en vacaciones. Además, había estado ayudando a su compañero de cuarto, Tim Robbins, con la asignatura de pociones.

Danny fijó la vista para leer un cartel que estaba colgado de una de las columnas que adornaban el pasillo.

"Aula XIIX: Aquí se realizarán las apuestas para el primer partido de quiddich: Slytherin Vs Ravenclaw. ¡Venid, no os arrepentiréis! ¡Todo el que apuesta se lleva como mínimo una rana de chocolate!

P.D: Solo se pueden apostar objetos personales o dulces. Consultar horarios a..."

No terminó de leer el cartel cuando escuchó una risa traviesa detrás de él. Al girarse vio a la dueña de la sonrisa pícara que siempre le observaba.

-Vanessa.-le sonrió falsamente.-qué raro verte a mi lado. Como si nunca me siguieras, ¿verdad?

-No te equivoques Daniel, yo no te sigo, te encuentro casualmente. – le guiñó el ojo mientras agarraba su brazo y simulaba leer lo que había en el cartel. Lentamente apoyó la cabeza en el hombro de Danny mientras lo agarraba juguetonamente. - También puedo pensar que me sigues tú a mí, ¿no? – le susurró.

-Eres irritante. -dijo Danny desprendiéndose de ella. Vanessa siguió mirándolo pícaramente todavía cuando este se marchaba enfadado.

Danny Turner odiaba a aquel tipo de chicas que esperaban la mínima oportunidad para echarse sobre él. Le gustaba sentirse el centro de atención, y saber que tenía admiradoras, pero no que lo siguieran e intentaran provocar a todas horas.

Era el caso de Vanessa Hunter, una chica de su casa que había conocido el primer día que pisó Hogwarts. Minutos antes de entrar en el Gran Comedor para la selección de casas, la chica olvidó donde había dejado su varita, y con los nervios, no lograba acordarse. Danny, que se había ofrecido a buscarla, encontró la varita y la chica se lo estuvo agradeciendo toda la noche. Y el resto de dias.

De pronto, sintió de nuevo como le agarraban el brazo.

-Te acompaño. –dijo Vanessa que comenzó a andar junto a él.

-Pero si no sabes a donde voy. – suspiró Danny.

-Me fio de ti. -le miró y le dedicó una atrayente sonrisa de lado. Tenía unos grandes ojos verdes y el pelo de color pajizo, que no le pasaba de los hombros; unos ondulados rizos adornaban sus puntas. Su labios eran preciosos y tenía una tez clara y fina. Era consciente de lo atractiva que era Vanessa, pero volviendo a lo de antes, no soportaba que lo siguiera fuera donde fuera.

No tardaron en llegar al Gran Comedor, y tras buscar a Tim Robbins, se sentaron a su lado. Danny no tardó en llenar su plato de comida.

-No entiendo como no tienes un lío con ella.-comentó Tim en voz baja a su amigo.- ¿La has visto?

-La veo casi todos los días, te recuerdo que...

-Sí, si ya lo sé. Es como una acosadora que te sigue día y noche...

Historias de Hogwarts I: la DécimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora