Escuchaste como algo se movía en uno de los callejones y optaste por ignorar el sonido. Seguramente sólo se trataba de algún tipo lo suficientemente borracho o drogado como para pensar que ese era su hogar.
Suspiraste cuando notaste que un vehículo se aproximaba y paraste allí, con el frío llegando a tus huesos, esperando que este pasará y te dejará cruzar la calle. Escuchaste un sonido a tus espaldas y te diste vuelta de forma rápida. No había nadie, pero aún así estabas alerta. Observaste los balcones, pero todos se encontraban tan vacíos y silenciosos como el anterior. Volviste a darte la vuelta, con la intención de cruzar la calle, cuando viste a un hombre del otro lado; justo frente a la puerta de tu edificio, mirándote fijamente.
Alzaste la ceja y te debatiste si cruzar o no. Ese segundo de duda fue el que tomó el hombre para decidirse a cruzar la calle y tú permaneciste en tu posición, observando cada movimiento del hombre.
-Me sorprende que no este Rojo a tu lado-, dijo el hombre cuando se puso frente a la luz, dejando que reconocieras el rostro de Punisher.
-¿Qué mierda haces aquí?-, hablaste firme y decidida. Matt no estaba cerca y era tu oportunidad para atacar. El hombre te miró, su ceño indescifrable, mientras respiraba de forma profunda.
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-Curiosidad-, contestó finalmente -. No hay que ser un genio para darse cuenta que Rojo y tú no son del mismo bando. ¿Tan importante soy que están juntos?-, agregó, con una pequeña sonrisa de suficiencia.
-Que no se te suban los humos a la cabeza, no eres el primero en intentar acabar con todo lo que queda en Hell's Kitchen.
-¿Acabar con to..-? No, no es eso lo hago. Yo hago justicia, justicia verdadera. Cuando las personas acaban en juicio, no es realmente justo; es cuestión de quién lleva la billetera más gorda.
-Concuerdo en eso; pero no es cuestión de matar a todos. No si hay otra opción.
-¿Eso era lo que pensabas al matar al empresario?-, preguntó el castaño, con una pequeña sonrisa jugando en sus labios. Apretaste los puños y diste un paso hacia él.
-Tú no sabes nada de ello, nada-, soltaste entre dientes, mientras alzabas la cabeza para intentar igualar la altura; aunque sin obtener un gran resultado.
-Es divertido como todos en esta ciudad se hacen llamar héroes, cuando lo único que hacen es seguir sus propias reglas; lo que les conviene.
-A mi me da gracia el hecho que vengas a esta ciudad, con aires de superioridad, y realmente pensar que eres capas de vencernos.
-¿No lo hice ya?-, alegó Punisher, la sonrisa aumentaba a medida que la conversación avanzaba.
-Eso sólo fue un juego, espera al verdadero enfrentamiento.
-Oh, esperaré; sentado.
Rodaste los ojos, cansada de la situación, te corriste a un lado e intentaste avanzar; pero Punisher te detuvo.
